Llego a los 20 gritos. Si, a los otros tantos triunfos ante un clásico rival, como lo es Roger Federer, en la final del Masters 1000 de Roma en el Foro Itálico romano, en dos sets y de manera clara y contundente por 6-1 y 6-3.
Rafael Nadal, pidió que le dejaran saborear la victoria antes de empezar a pensar en Roland Garros. "Esto es un sueño maravilloso", explicó. Para el español, es un record terrible en el año: disputó 8 finales con 6 titulos y se pone desde hoy n° 4 ATP delante de Ferrer ademas de liderar el camino para el masters de Londres a fin de año, sobre el mismísimo Novak Djokovic.
"Dejadme disfrutar hoy (…) No es el día para hablar de Roland Garros", comentó el español en rueda de prensa tras el encuentro, ante la insistencia de los periodistas por cómo piensa afrontar el torneo parisino, próxima gran cita del tenis mundial.
Nadal, quien consideró que lleva una temporada de tierra "casi inmejorable", afirmó que cuando hay una diferencia de puntos tan grande, como la vivida en el partido de hoy, entre dos tenistas del mismo nivel significa que uno "está jugando muy bien y el otro ha hecho más errores de lo normal".
Rehusó, asimismo, hablar de su salud y puntualizó que hoy quería hablar de tenis.
"En Madrid empecé a jugar a muy alto nivel por momentos (…) Aquí en Roma sólo he jugado un mal partido, contra Gulbis, pero fue algo mental y gané peleando y con una mentalidad positiva. El resto de partidos he jugado muy bien, a un nivel muy alto", precisó Nadal, quien explicó que su "mejor partido" fue contra David Ferrer en cuartos.
El tenista de Manacor señaló que el hecho de haber logrado 6 victorias en los últimos 8 torneos disputados, desde que regresara a las pistas en febrero tras su lesión, "es un sueño maravilloso".
"Es mucho más de lo que podría haber soñado hace cuatro meses y todo lo que puedo decir es gracias por vuestro apoyo y el de mi equipo, porque gracias a ellos estoy aquí y puedo competir", resaltó Nadal, quien hoy fue el encargado de prolongar la maldición de Federer en la capital italiana, donde suma, con la de hoy, su tercera derrota en una final.
El tenista de 26 años, que admitió sentirse "feliz, agradecido y emocionado", desveló que parte del éxito conseguido estos años ha sido tener "respeto" a sus adversarios en el campo porque todos los jugadores que compiten a este nivel "tienen el potencial de vencer a cualquiera".
"Cuando voy a la pista siempre pienso que lo que me ha pasado a mí en los últimos 8 y 9 años no es para siempre. Nadie está aquí y gana siempre. No sé cuándo acabará esto e intento tener cuidado en cada momento", concluyó.
Con la victoria de hoy, Nadal consiguió su 24 Masters 1000, el tercero esta temporada, y repitió el éxito que ya cosechó ante Federer en los cuartos de final de Indian Wells el pasado febrero, cuando apeó al helvético del torneo por 6-4 y 6-2.