Fueron ocho partidos en total los jugados por Juan Martín Del Potro en su regreso tan esperado por todos, pero sobre todo por él mismo, en un 2016 plagado de interrogantes en lo que esta siendo tal vez, su último intento en el circuito ATP:
Delray Beach fue el sitio escogido por el tandilense con la sorpresa de cuatro partidos de menor a mayor y llegando a semifinales cayendo ante el gigante local Sam Querrey.
El slice como arma en su reves, paso a ser mucho mas que una alternativa en su juego, manteniendo de gran forma su servicio y poderosa derecha que fulmina cualquier intento de su rival, tanto de passing como de drive invertido, es un cañon que goza de buena salud.
Su paso por Indian Wells y Miami dejo claro que su actualidad es diferente a lo que podemos esperar de aquel con el reves punzante y pesado. Y los dolores en su muñeca, una compañía que lo persigue este en donde le toque, una convivencia que lo hara pensar en mas de una oportunidad si el tenis seguira siendo su "trabajo" por estos tiempos de retorno.
Y precisamente en Miami, esos dolores fluyeron de manera mas dura sin permitirle su mejor versión. Si bien ante Pella en primera ronda casi no le molestó o lo disimuló muy bien, esos malestares regresaron mas punzantes ante Zeballos el viernes.
Hoy, Delpo es un jugador que tiene como armas letales su servicio y drive, con lo que hace la diferencia en muchos pasajes de un partido, recursos suficiente solo con algunos rivales. Pero su reves a dos manos con top (lo ha usado solo el 10% promedio en su vuelta) esta en el debe y recurriendo a un slice previsible, que logra acomodar a su rival y devolver sin riesgos.
Del Potro, con 27 años, en su trayectoria profesional ha acumulado casi 4 años de parates en distintas lesiones físicas y operaciones
Asi, su tenis se vuelve menos peligroso y seguramente ayude a que se acomode mas arriba de su 366° ATP actual, pero sin futuro en un Top-10 mas exigente en el que se ha movido siempre con naturalidad.
El tema en cuestión es, saber si su paciencia será determinante para su porvenir. Si querrá adaptarse a otro reves que le permita jugar su tenis pero ubicandolo en otro escalon en el circuito, y si se conforma con ese papel.
"Mi mayor dificultad soy yo mismo. No es importante el tenis sino soportar el esfuerzo mental y físico que hago para conseguir jugar. El objetivo es recuperarme del todo para poder estar sano. Tengo que pasar por esto y superarlo"
La gira de clay europea, en la que no juega hace años, lo espera tras un descanso en Argentina luego del cemento norteamericano. Será una etapa de retomar riendas y confirmar un cuerpo técnico estable, tras el fin de su relación con Franco Davín hoy con Grigor Dimitrov, según el ha mencionado en su habitual comunicado por Facebook desde su cuenta este sábado.
Su calendario, a partír de allí, deberá ser cuidadosamente elaborado para privilegiar las citas importantes y con menos desgaste mientras adquiere ritmo de competencia, algo que desde lo físico esta recuperando con el correr de los partidos.
"En pocos días volveré a entrenarme para preparar la gira de polvo de ladrillo. Hace cuatro años que no hago una gira en polvo, será otro desafío. También definiré incorporaciones a mi equipo de trabajo"
Luces y sombras en un 2016 que lo tiene nuevamente en competencia, pero con incertidumbre acerca de que nivel real podrá retomar en un circuito tan desgastante como exigente y sumado a los JJ.OO. de Río y Copa Davis.
¿Podrá el tandilense reacomodarse y ser competitivo como años atrás?
Es el gran dilema por descubrir, y con el tiempo y su empeño sin límites como aliados.
Entonces, sabremos si hay Delpo para rato …