El número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, truncó su impecable racha de la temporada con una retirada en la final del Masters 1000 de Cincinnati, cuando perdía por 6-4 y 3-0 con el británico Andy Murray.
El tenista balcánico, con una lesión en el brazo derecho de la que fue tratado al término de la primera manga y de la que ya se quejó en el partido de ayer en semifinales contra el checo Tomas Berdych, solo aguantó 72 minutos en la pista. El triunfo ante el fué por 7-5 y abandono luego del verdugo de Federer en cuartos.
En tanto, Murray accedía a esta definición tras su gran victoria ante el local, Mardy Fish, en sets corridos por 6-4 y 7-6 (8) y mostrando solidez y contundencia en varios pasajes de ese encuentro.
El contratiempo físico interrumpe el excelso trayecto de Djokovic en 2011. La de Cincinnati es su segunda derrota de la temporada en el circuito, en el que acumula 57 triunfos, sin contar los cosechados en la Copa Davis. No podrá dar alcance al registro del estadounidense John McEnroe, que en 1984 acumulaba 59 partidos ganados y solo uno perdido.
Es la primera final que el número uno del mundo cede en el curso, en el que permanece con nueve títulos, incluidos los dos Grand Slam (Australia y Wimbledon), antes de afrontar el último ‘major’, en Estados Unidos. Además, ha ganado cinco Masters 1000 (Roma, Canadá, Madrid, Miami e Indian Wells) y los torneos de Dubai y Belgrado.
No fué el mejor día de Nole
Todo lo tuvo en contra Djokovic en la final de Cincinnati, que ha perdido en tres ocasiones en los últimos cuatro años. La segunda, después de la de 2008, ante Murray, que se situó de entrada con una ventaja de 3-0. El serbio reaccionó y empató a tres. Pero Murray rompió el saque de su rival y encarriló la victoria parcial, que logró por 6-4.
Hoy Djokovic se pareció mas a un tenista normal, con signos de cansancio y fatiga, y sin el fuego sagrado que evidenciaba en el tour ATP hasta aquí. Como si le faltara una marcha más, la imagen del actual nº 1 no era la misma que la de partidos anteriores. Y cuando Murray advirtió ello, no dejó pasar la oportunidad.
Pareció que el máximo de su tenis lo había dejado en el match del Viernes ante el francés Gael Monfils, dando vuelta el trámite de manera increible.
Tras ese primer parcial, la película iba a cambiar. Fue entonces cuando Djokovic pidió el auxilio del fisioterapeuta de pista, que durante minutos intentó paliar su dolencia en el brazo derecho. El número uno del mundo volvió a la pista. Pero el serbio no estaba ya en el partido. Lento de movimientos, escasamente contundente y sin concentración.
Un camino sencillo para Murray, que cuando logró el 3-0 en el segundo set comprobó cómo su rival arrojaba la toalla. Es el séptimo Masters 1000 para el escocés, el primero este año, y el segundo éxito de la temporada junto al de Queens.
Seguramente su gran año acumulado y el US Open encima, priorizaron en la decisión del serbio en no arriesgar innecesariamente, parar el trajin y cargar pilas para la cita de Nueva York, a partír del 29 de Agosto próximo.
Fue un duelo diferente, casi sin equivalencias desde el principio, que le da un golpe anímico importante a Murray, falto de victorias importantes este 2011.
Murray hoy se benefició, es cierto. Pero estar en la final de hoy le insumió vencer a Mardy Fish, que pasa por un gran momento y había bajado nada menos que a Rafael Nadal en cuartos, y Gilles Simon en octavos, que no es poca cosa.
Habrá una semana de relax para pensar en la última cita de Grand Slam, el US Open, con Rafa defendiendo los 2000 puntos para no alejarse de Djokovic, que a pesar de su derrota de hoy, sigue siendo el jugador a vencer.-