Jóvenes veteranos del circuito del tenis, Andy Murray y Novak Djokovic han sido hasta ahora como dos planetas en órbitas separadas. Pero por fin sus trayectorias chocarán el domingo en la final del Abierto de Australia.
Los dos varones que han llegado a ser considerados entre los mejores del mundo -claro está, un peldaño debajo de Roger Federer y Rafael Nadal– se enfrentarán por primera vez en una final de Grand Slam. Uno de ellos saldrá airoso con el título.
Aparentemente era hora de que chocaran Djokovic y Murray, quienes en sesiones de práctica y fútbol informal este año habían afianzado una amistad que comenzó cuando eran preadolescentes que escalaban posiciones en el circuito.
Si no había ocurrido hasta ahora se debía en parte al dominio de Federer y Nadal, quienes ganaron 21 de los últimos 23 torneos de Grand Slam. Y como jugadores que reciben consistentemente una preclasificación alta (Djokovic es tercero y Murray quinto) invariablemente empiezan en lados opuestos del sorteo en los torneos grandes, lo que significa casi seguramente que se habrán de topar con el número uno o el número dos antes de enfrentarse entre sí.
Esta vez es distinto.
Djokovic venció al campeón vigente Federer en semifinales, y un lesionado Nadal fue eliminado en cuartos de final por David Ferrer, lo que abrió las puertas a Murray. La final del domingo será la primera vez en que ni Federer ni Nadal juegan una final de Grand Slam desde el Abierto de Australia de 2008, cuando Djokovic derrotó a Jo-Wilfred Tsonga para ganar su primer gran título de un major.
Para Djokovic ha llegado la hora.
"Han sido tan dominantes, con una mentalidad tan concentrada, que ha sido fantástico observarlos cómo dominaban el tenis", comentó el serbio el sábado en referencia al suizo Federer y el español Nadal. "Pero por otra parte era frustrante porque uno no tenía la oportunidad de ganar quizás más torneos de Grand Slam".
"Pero durante los años de estar jugando contra ellos, empiezas a conocerlos mejor y a creer más en ti", agregó. "Creo que ahora mismo hay un par de jugadores que están convencidos de que pueden ganarles a Rafa y Roger". Como Djokovic ya tiene un título grande en el bolsillo, el más presionado el domingo será su amigo y rival.
Murray, quien dice sarcásticamente que lo consideran británico cuando gana y escocés cuando pierde, es observado por un Reino Unido que ha esperado casi 75 años por un nuevo campeón entre los varones. El domingo podría ser su mejor oportunidad.
Djokovic y Murray, ambos de 23 años, se han enfrentado siete veces en el circuito. El serbio ganó los cuatro primeros compromisos pero Murray se impuso en los últimos tres, todos en canchas de superficie dura.
Los dos, nacidos con diferencia de una semana en mayo de 1987, se enfrentaron por primera vez en infantiles a los 11 ó 12 años, cuando Murray ganó en sets seguidos. Volvieron a jugar algunas pocas veces e incluso hicieron pareja en dobles, cuando el inglés básico del serbio y el inglés con acento escocés de Murray no facilitaban precisamente la comunicación. "En ese entonces hablábamos más bien gesticulando", recordó Djokovic.
Siguieron caminos diferentes en el circuito profesional: Murray se entrenó en España mientras Djokovic fue a Italia y Alemania. Su primer enfrentamiento profesional fue en el 2006.
Desde entonces, Djokovic ganó 18 títulos y Murray 16. Djokovic tiene en su haber un Abierto de Australia y fue finalista en el Abierto de Estados Unidos en 2007 y el año pasado. El mejor resultado de Murray en un Grand Slam fue finalista en el Abierto de Estados Unidos en 2008 y en el Abierto de Australia el año pasado, en cuyas ocasiones cayó ante Federer.
"Ha sido una gran infancia, si así se puede decir, que pasamos juntos", comentó Djokovic. "Por eso es una historia simpática la nuestra. Y poder enfrentarlo en una final de Grand Slam es todavía más especial".
Los dos practicaron juntos en Perth antes del Abierto de Australia y jugaron fútbol; "lamentablemente, él me ganó", dijo el serbio.
Djokovic recuerda a Murray como un niño de cabello tupido que sentía las presiones como la mejor esperanza británica de ganar un major por primera vez desde Fred Perry en 1936.
El serbio es conocido en el circuito como un bromista que suele imitar a otros tenistas, provisto de una tranquila confianza que contrasta con su intensidad en la cancha. Cuando un funcionario de la ATP inició una conferencia de prensa el sábado anunciando erróneamente "Preguntas para Andy", Djokovic aprovechó la ocasión para darle un toque cómico: simuló que salía para volver a tomar su asiento y decir que no sabía cómo podría trabajar en dichas circunstancias.
Por su parte, Murray parece más severo, o por lo menos serio. Tiene reputación de autocriticarse en la cancha y una despreocupación cautelosa ante la prensa. Cuando se le pidió comentar sobre su rival, Murray respondió que Djokovic se había desarrollado como jugador mucho más rápido, pero que él estaba alcanzándolo.
De niños compartieron sueños ambiciosos.
"No creo que estuviéramos pensando en enfrentarnos entre sí, pero soñábamos en estar en una final de Grand Slam", dijo Djokovic. "Se podía tantear en esa etapa, cuando teníamos 12, 13, 14 años, que los dos teníamos talento, motivación y mentalidad como para triunfar".
Pero el domingo no habrá concesiones a la amistad."Tenemos que olvidarnos de todo eso cuando salgamos a la cancha", concluyó Djokovic. "Esto va en serio".
La última victoria de Murray ante Djokovic
La última victoria de Djokovic ante Murray