La alegria invade y descontrola a veces, sin dudas, Pero que no tape las realidades que pueden haber, tras un triunfo, y mas si es sufrido, como les pasó, en distinta medida, a David Nalbandian y Juan Martín Del Potro.
David se dió el gusto de vencer a domicilio al poco simpático y último ídolo local, Lleyton Hewitt, que cerca estuvo de llevarse la victoria por cierto. En rigor de verdad, cualquiera que lo consiguiera, era un justo premio por lo hecho por ambos.
Lo llamativo del caso, es que ambos jugadores, traen consigo cirujias de cadera hace muy poco tiempo. Mas que orgullosos deben estar los cirujanos de ambos, con la mejor propaganda hecha tras el partido de ayer.
Nalbandian, luce entero fisicamente, y da muestras de ello, pero hay que tener cuidado, porque los efectos tardíos suelen ser una complicación a veces. Jugar con el lituano Richard Berankis, supone un compromiso de poco riesgo. Entero fisicamente, claro. Pero ahora David, debera jugar contra el lituano, y contra su reserva física, algo que tan tempranamente se presenta como un rival mas para vencer.
Del Potro, no esta tan lejos de ello. Se tuvo que comer otro partido largo, muy tensionado y un set interminable con un tie-break eterno en el primero (15-13), en un organismo que no está acostumbrado a tanto trajín y estress. No es lo mismo un largo día de entrenamiento que tres horas al palo de tensión y adrenalina al 100%. Come la cabeza y el físico, esta comprobado. Bagdhatis también viene de un encuentro largo a cinco sets, lo que favorece en alguna medida al tandilense, ya que el chipriota no estará mas "fresco" que él.
Mucha tarea para los PF y kinesiólogos, que en las sombras y sin mucha imagen, son quienes cuidan al máximo el cuerpo de ambos. Y ojalá que respondan bien.-