David Ferrer: ”2019 será mi ultimo año”

David Ferrer esta dando sus ultimos pasos. Con una foja de servicios realmente asombrosa y de la misma generación de "viejitos" que siguen haciendo ruido e inoxidables, para el español, el 2019 será su despedida del circuito.

Quizás como una asignatura pendiente no poder tener un GS, no se reprocha demasiado y ya planifica su nueva vida lejos de los aviones y entrenamientos.

Nuestro colega español Fernando Murciego, accedió a una calida charla con el de Javea para Punto de Break, y vale la pena compartir su nueva mirada del tenis y lo que viene en su ultima excursión en el circuito. 

Además en ella, confirma que estará en Buenos Aires en el Argentina Open (lo ganó 3 veces) pero no da precisiones si Córdoba, quizás, este en su agenda argentina en nuestro verano.

Esta temporada no te puedes quejar de lo apretado del calendario.

Seguro, nunca había acabado tan pronto (risas). Siempre he tenido un calendario muy apretado hasta final de año, en parte, por lo bien que me ha ido en mi carrera. Siempre jugando muchos torneos, muchos partidos, así que ahora se agradece esta calma, aunque no te quiero mentir: ojalá estuviera arriba y seguir jugando todos aquellos partidos del pasado.
 
 Ferrer jugará el próximo año su última temporada en el circuito ATP.(Reuters)

Pues la regla 1.08 la cumples desde hace ya un tiempo.
 
Sí, de hecho ya la utilicé un poco el año pasado. Si tuviera mejor ranking lo haría, pero al irme fuera del top100 se me ha vuelto más complicado. Ahora tendría que jugar otro tipo de cuadros, fases previas… se hace muy duro físicamente, además que ya no me compensa todo ese sacrificio.
 
El ranking manda, aunque a veces queráis quitarle hierro.
 
Tiene toda la importancia, pero mi me encanta jugar al tenis, me lo paso bien, todavía vengo aquí y sigo disfrutando. El otro día, por ejemplo, estaba entrenando con Paco (Fogués) por puro placer. Pero bueno, yo ya sabía que el día que no tuviera un buen ranking y no pudiese jugar según qué torneos, la motivación cambiaría. Ya no puedo jugar dos partidos seguidos al 100%, me he hecho mayor (risas). Por problemas físicos es imposible recuperar esa regularidad.
 
Siempre se dijo que retirarse suponía un trago muy amargo para el tenista, una bomba mental. Yo a ti te veo fenomenal.
 
Creo que esa etapa ya la pasé. Entre 2016 y 2017 ya empecé a ver los primeros síntomas, hasta que ha llegado 2018, el año donde más preparado estaba mentalmente para afrontarlo y decidirlo. Lo tenía muy claro, quería irme sin odiar al tenis. Quizá en 2016 o 2017 no aceptaba esa nueva situación de no estar top10 o top15; ahora miro atrás y valoro mucho lo que he conseguido, me puedo ir tranquilo. A nivel personal, es el momento perfecto.
 
¿Qué vas a jugar en 2019?
 
Voy a jugar la Copa Hopman, Auckland, Buenos Aires, Acapulco, Barcelona y acabar en Madrid.

 

Y mientras tanto, ¿qué haces con tu tiempo?
 
Pues aunque no lo creas, no paro quieto. Lo primero la familia, con un bebé de cinco meses que nos da mucho trabajo tanto a mí como a mi mujer. También me estoy mudando de Valencia a Jávea, liado con temas de la casa y ubicándome aquí, en mi lugar. Además de esto, luego siempre surgen nuevos asuntos, quizá antes hacía más cosas por mí y ahora las hago por los demás, cosas que te piden y así rellenas ese tiempo. Por supuesto, sigo haciendo deporte, tanto físico, como bici u otras modalidades que antes no podía.
 
Donde te veo mucho es en los medios de comunicación.
 
Atender a los medios siempre es un placer, nunca he tenido ningún problema con ellos, el trato ha sido fenomenal. Estuve con Buenafuente, algo que me apetecía mucho, luego estuve con Herrera en la Cope aquí en Dénia, son experiencias nuevas. También te digo que no he podido atender a todos los medios por una cuestión de tiempo.
 
¿Sueles leer los artículos que hablan de ti?
 
Antes más, siendo joven, a mí me afectaba mucho la opinión personal de los periodistas. Luego con el paso del tiempo ya no tanto, sé muy bien quién soy y cómo soy, acepto que no puedo gustar a todo el mundo, que mi manera de jugar al tenis y de hacer cosas no coincida con la idea de todos. No me importa leer los medios, me gusta leer también lo que va más allá del deporte, cada mañana consulto los periódicos tanto de un bando como de otro.
 
¿Qué porcentaje tiene tu familia de que hayas decidido retirarte?
 
Mucho, es una etapa completamente nueva para mí. Me encanta aprender, evolucionar, hacer otras cosas… está claro que el tenis ha sido mi vida y siempre estaré vinculado a él, pero tener una familia te cambia la vida, eso es una realidad. Es como que ya no dependes solo de ti.
 
 Ferrer y su reciente paternidad le cambio el norte de su carrera.(EFE)
 
Luego están las lesiones, la tortura crónica en el tendón de Aquiles. ¿En qué momento empieza a ser un obstáculo serio?
 
Cada año iba a más, cada vez que juego dos partidos seguidos en pista rápida siento muchos dolores, sobre todo empieza a pesar cuando ves que cada día te estás tomando antiinflamatorios, eso ya no me gusta. O cuando después de un partido duro, intentas entrenar al día siguiente y notas que no puedes aguantar la misma intensidad. Ahí empiezas a plantearte todo. Además, los resultados tampoco acompañan, si acompañaran igual sí me podría plantear el seguir tomando antiinflamatorios a diario.
 
Han sido tres años malos… ¡pero es que 2015 fue buenísimo!
 
Está claro que 2015 fue muy bueno, pero luego 2016 acabé fuera de los 20 mejores. Al haber tenido una carrera tan regular, estando tantas semanas en el top10, el hecho de terminar 23 del mundo en 2016 era como un descenso grave. Luego en 2017 acabé 35 y en 2018 ya me fui. El año que viene voy a cumplir 37 años, si lo piensas bien ha sido algo progresivo. Me quedo con ese 2015 donde, gracias a Paco (Fogués), pude evolucionar y seguir manteniéndome entre los mejores a esa edad.
 
En 2017, en una entrevista con Paco (su coach), me dejó un titular valiente: “Si llega el día en que vea que David ya no puede dar más, seré el primero en decírselo”. ¿Llegó a darse ese momento?
 
No exactamente. La cuestión es que a nivel de tenis no estoy mal, todavía cuando juego toco muy bien la pelota, pero sí es verdad que Paco ha sido una de las pocas personas que ha sabido comprenderme. Él me conoce del día a día y sabe que físicamente estoy mermado, cuando le dije que no podía jugar dos partidos seguidos me entendió perfectamente. En estas condiciones, lo mejor era parar.
 
 El español no se reprocha no haber ganado ningun Grand Slam. (Archivo)
 
Si pudieras volver atrás, ¿cambiarías algo de tu estilo? No tan guerrero, no tan luchador, no tanto desgaste…
 
No, nunca. Esa es mi esencia. Nadie me aseguraría ser más alto o jugar más bonito. Me quedo con haber sido Nº3 del mundo y haber conseguido todo lo que he conseguido. Quizá hubiera cambiado la preparación física, pero en aquel entonces no existía ese conocimiento. Durante toda mi carrera he corrido mucho y eso me ha afectado en los problemas que tengo ahora de tendones. Quizá hubiera terminado mucho mejor mi carrera en el apartado físico.
 
Imagino que todos habréis intentado alguna vez jugar como Federer: dos derechas, la segunda a la línea y se acabó.
 
Pero eso no existe, Roger solo hay uno.
 
Entonces el estilo no se puede elegir, va innato.
 
El estilo va con el carácter, con la persona. Luego hay otro aspecto fundamental: si eres competitivo o no lo eres. Tú puedes jugar muy bien, tener todo el talento del mundo en la mano, pero si no eres competitivo va a ser complicado que puedas estar arriba. Podrás tocar el top100, pero será difícil que llegues al top10.
 
Hace unas semanas, cuando ganas el Challenger de Monterrey y estás levantado la copa, ese momento… ¿te hace replantearte algo?
 
Para nada, de verdad. Me fui contento porque jugué bien a tenis, pero te aseguro que mi objetivo no es ganar Challengers, no me da una motivación ni una ilusión adicional. Me motiva el hecho de jugar los Masters 1000, competir contra los mejores o tener la oportunidad de ganar a gente que está arriba. Eso es lo que me impulsa a levantarme cada día y meterle intensidad.
 
¿Dónde estaban los dolores esa semana?
 
La diferencia es que en los Challengers siempre te dan segundas oportunidades, no es el mismo nivel. No digo que haya un bajón abismal, pero sí notas que tienes segundas opciones, eso en los Masters 1000 no pasa. Ahí si te hacen un break, lo pagas caro. También tuve un poco de suerte en los partidos, se me retiraron en semifinales, el primer partido fue muy rápido… se me juntó todo. Luego en la final con Karlovic resté muy bien, me encontré muy cómodo. Ya te digo, tenísticamente no estoy mal, no me siento inferior a nadie y la bola me sigue corriendo igual, lo único es que si juego un partido duro, al día siguiente estoy destruido.
 
Imagino que a estas alturas uno ya no se pone nervioso antes de una final, más siendo un Challenger.
 
Nervios siempre pasas, antes de entrar a pista es inevitable. Pero claro, no es lo mismo jugar la final de un Challenger en Monterrey que jugar la final de Roland Garros, o jugar el punto decisivo de Copa Davis. Hay una gran diferencia.

 
Si contamos la de Monterrey, has ganado las últimas siete finales que has disputado.
 
No lo sabía. Supongo que como presentía que serían las últimas, había que aprovechar (risas).
 
Este dato te va a gustar más. De las 25 finales que perdiste, solo dos fueron antes jugadores que nunca llegaron al top10.
 
Una con Leonardo Mayer, en Hamburgo. Esa sí que me dolió. Y la otra…
 
Andreev, en Valencia.
 
Con Igor, es verdad. A ver, es evidente que durante toda mi carrera he sido muy regular, pero me costaba mucho ganar a Rafa, Federer o Djokovic… como a todos, supongo. Luego cuando jugaba contra los que tenía detrás, siempre era muy fiable, era muy constante.
 
Por ahí te llaman el primero de los mortales. ¿Te llegaste a sentir inferior al Big4?
 
Es que era inferior, no es lo que sintiera. Sabía que en algún momento malo que ellos tuvieran, igual los podía enganchar… bueno, a Roger no, pero a los demás sí (David tiene un H2H de 0-17 ante el suizo). Sabía que si ellos estaban bien y yo estaba bien, me iba a costar. Recuerdo unos cuartos de final con Andy Murray donde yo estaba increíble, pero no pude con él. No tenía ese golpe definitivo, como puede ser un gran saque para hacer puntos gratis, eso te deja mucho desgaste. Además siempre me los cruzaba a finales de semana, así costaba mucho más.
 
¿Te recuerdan mucho el hecho de no haber ganado nunca un Grand Slam?
 
Bueno, alguna vez, pero no me importa. Si no lo tengo es porque no lo pude conseguir, independientemente si lo mereciera o no. Si te soy sincero, no me cambiaría por jugadores que tienen un Grand Slam y luego no tienen ni la mitad de partidos ganados que yo. Estoy muy contento con lo que he conseguido, con mi regularidad y con todas mis semanas en el top10. Todo eso me ha dado muchos momentos de alegría constante y eso en el tenis es muy difícil de conseguir.

Y mucho talento, ese concepto imposible de definir.
 
Es un cúmulo de todo: físico, saber jugar los puntos importantes, ser competitivo, no tener lesiones… el talento es manejar todas estas emociones. Hay jugadores que no han sabido gestionar todo este puzle porque igual les faltaba alguna pieza, o no tenían las rutinas adecuadas.
 
De Verdasco se ha dicho que debería haber estado diez años en el top10. De Safin, que tenía que haber ganado diez Grand Slams. Pero de ti… a ti es que no se te puede recriminar nada.
 
Ni me lo recrimino. Personalmente, he dado hasta la última gota de sudor, he peleado hasta la última pelota, he madurado con los años, he mejorado como persona…
 
Alguna cosa tiene que haber que hoy hubieras hecho diferente.
 
Cuando en 2013 acabé con mi equipo de toda la vida, quizá me faltó haberme dejado aconsejar un poco más por los Juan Carlos Ferrero o los Sergi Bruguera, gente que había vivido experiencias que yo estaba viviendo en ese momento álgido, eso me hubiera ayudado más. En ese aspecto, preferí ser más conservador.
 
 "Ferru" ha ganado en su carrera nada menos que tres Copa Davis.(Archivo)
 
Sumar la figura de un veterano a tu barco, el famoso supercoach.
 
Sí. En 2013 yo estaba en un momento muy bueno, llevaba ya tres temporadas a un nivel alto, pero a la hora de jugar finales me hubiera venido muy bien la experiencia de este tipo de jugadores. Ahora que he convivido en la silla con Bruguera, o cuando he estado hablando con Ferrero me doy cuenta de esto. Hubiera sido como darme una nueva oportunidad para aprender más. Esto lo he hablado mucho con Paco, aunque con él he mejorado mucho tenísticamente, hemos evolucionado juntos, pero ahora me arrepiento de no haber viajado algunas semanas con Bruguera, Ferrero o Costa y haberme empapado también de esas emociones que ellos sintieron en su momento. Quizá era el momento de haber tenido un asesor y que me ayudase en algunas semanas, dejarme aconsejar.
 
Ya sabía yo que alguna inquietud tenías que tener.
 
Pero ni mucho menos me arrepiento de lo que he hecho, yo decidí hacerlo así, simplemente es algo que luego, con el tiempo, pienso que me hubiera podido ayudar. Igual luego no, pero es la sensación que tengo. Pasó lo mismo con la raqueta, cuando cambié fue porque pensé que me iba a ir mejor y luego fue todo lo contrario. Me quedo tranquilo porque todo lo que hice fue pensando siempre que sería lo mejor, la única manera de aprender es fallando.
 
Vamos con una ronda rápida sobre tu relación con el Big4. ¿Con quién odiabas más enfrentarte?
 
Con Roger Federer. Me cambiaba el ritmo de una manera que me hacía sentir muy inferior.
 
¿A quién te llevas como amigo?
 
A Rafa Nadal, sin duda. Una persona de la que he aprendido muchísimo.
 
 Rafael Nadal ha sido su gran amigo dentro y fuera del circuito. (Archivo)
 
De los cuatro, ¿contra quién veías que tenías más opciones?
 
Andy Murray. Tenía más lagunas mentales que los otros tres.
 
¿Quién era el más simpático en la red?
 
Novak Djokovic siempre estaba de buen humor, siempre fue muy amable conmigo.
 
¿A quién te hubiera gustado ganarle una final?
 
A Roger Federer, sin duda.
 
Pensaba que me dirías a Rafa, la de Roland Garros.
 
Hombre, esa por supuesto, pero es que a Roger nunca pude ganarle (risas). Por todo lo que ha sido y lo que ha conseguido, hubiera estado bien.
 
 El español habló de Murray, Federer, Djokovic y Nadal (Archivo)
 
¿Cuál de los cuatro te ponía más nervioso?
 
(Piensa) Rafa me ponía nervioso, sobre todo al principio, siempre empezaba muy bien.
 
¿Quién te dio el mayor repaso?
 
Djokovic, una vez me pegó una paliza tremenda. Era un torneo de exhibición pero da igual, me hizo sentir muy inferior. Creo que fue 6-1 y 6-1, algo así.
 
En 2019 tienes seis torneos por delante, te doy dos opciones. Si te va mal… malo, porque te retirarás con sabor amargo. Si te va bien… malo también, porque te retirarás pensando que todavía te queda cuerda.
 
Ojalá me vaya muy bien y me retire en paz (risas). Es algo que busco, que quiero hacer y que no voy a cambiar. Aunque ganara en Auckland, el Conde de Godó o cualquier otro torneo, me retiraría al 100%.
 
¿No hay manera de convencerte?
 
No (risas). Te puedo asegurar que 2019 será mi último año.
 
Siempre se ha dicho que jamás veremos otro Rafa Nadal. ¿Y otro David Ferrer?
 
Yo creo que sí […] A ver, no va a ser fácil, pero hay dos jugadores que me gustan mucho y que son de una pasta diferente a todo lo que he podido entrenar o ver. Luego nunca se sabe porque este camino es muy largo, pero Carlos Alcaraz y Carlos Gimeno son dos jugadores jóvenes con mucha proyección. Apunta sus nombres.-
 
by Fernando Murciego

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