Ya pasó una semana de la serie de cuartos de final de Copa Davis que Argentina dIsputó ante Francia en Parque Roca, y en la que todos apuntabamos a lo difícil de ella, frente a un poderoso conjunto de estrellas y candidatazoS a la ensaladera de plata, sin España en carrera.
¿Quien lo iba a decir? Todos, absolutamente todos, y el que suscribe en primer lugar, dabamos a Francia amplio margen de favorito ante un equipo argentino sin su principal figura este año, Juan Martín Del Potro, y que ya se conformaba con no disputar un repechaje en setiembre tras obtener un contundente triunfo ante Alemania por febrero.
Pero el tenis es así, también da sorpresas, de las buenas y de las otras. Pues bien, el lugar para el asombro estuvo, con Carlos Berlocq como protagonista de un match de fin de semana, que tuvo todos los condimentos necesarios, para el gusto de todos y que de menor a mayor a partír del viernes.
Es cierto que Jaite, siempre confió en sus jugadores, pero las señales de antemano era malas y los europeos metían miedo. Tal como apuntabamos en el parrafo anterior, 70/30 era el porcentaje de favoritismo de los galos.
Y no exagero, ya que Tsonga (8° ATP) venía de gran forma, Gasquet (9° ATP) obteniendo dos torneos ATP y hacer semifinales ante Murray ajustadamente en Miami, y sumar a Llodrá y Benneteau, un dúo confiable por donde se lo mire con una catarata de títulos en sus vitrinas. Y por si fuera poco, Gilles Simón (13° ATP) de quinto elemento y actual presente con gran vigencia. Demasiado, mucho para los argentinos.
Mónaco llegaba tras otra derrota temprana en Miami atado a su pesimo año en resultados sin ganar en el circuito, Berlocq llegaba con molestias en su rodilla por una tendinitis, que si bien no era nada grave, merecía cierta preocupación y cuidado, sobre todo pensando en partidos largos, como lo son los de Copa Davis.
Nalbandian, impecable en su tenis pero muy relegado en el ramking y con límites en su físico en su actualidad y Zeballos, de mejor rodaje en singles y resultados notables como ante Rafael Nadal en Viña, pero "confinado al dobles" y al que apunto toda la semana su preparación junto al cordobés.
Poco, para ser realistas, para hacerles frente a los muchachos de Arnaud Clement, que solo debían elegir que resultado anotar para su victoria ante los argentinos.
Pero todo cambió, a partír de lo hecho por Pico el viernes. La sorpresa, o no tanta, de la inclusión de Simon por Gasquet, le abrió una ventanita a Argentina el jueves, que apuntaron la preparación de Pico a fojas cero pensando en Simón ya que trabajaban en función de Gasquet, que solo entrenó diferenciado y en dobles en la semana.
Asi las cosas, la pelota empezó a correr en Parque Roca en el primer turno, con Tsonga y Berlocq como protagonistas. Y allí empezaron a salir las primeras señales. Las que decían que Berlocq estaba entero fisicamente, y que anunciaba lucha y larga ante el moreno. Y vaya si la luchó Charly.
Se llevó un primer set para el asombro de muchos y de él sobre todo. Le puso la luz de alarma a Tsonga, que respondió acertadamente, pero con esfuerzo extra.
Se despertó tarde y entró en sintonía con su juego, y haciendo diferencias, esas que lo distancian de Berlocq, de manera lógica, pero que hay que demostrarlas en la cancha. Y con su estilo simple pero efectivo, se las ingenió para hacer valer su favoritismo y meterle la presion a Berlocq en el escenario, consiguiendo su objetivo. Se llevó los dos sets siguientes y la cosa parecía encaminada, hasta que el argentino renació otra vez y fue el del comienzo, mas combativo y "creyendosela"; algo que lo enchufaba en el partido nuevamente. Le robó el cuarto set con una levantada monumental y todo se definía en el quinto.
Y allí estuvo la estirpe y calidad del top-10 intacta, que hizo pesar el desnivel entre ambos y que le dió el punto a Francia en el inicio, con un trámite extraño e inesperado, pero calculado previamente desde el resultado probable.
Y fue el momento de Mónaco, de hacer frente a sus fantasmas y demostrar que entrar de atrás con el resultado, quizás podía jugarle a favor. Debía demostrar que es un jugador de paradas bravas y copero. Y no defraudó. Se encontró con un Simón que dió lucha un rato, le simplificó el trámite y le generó la adrenalina necesaria para el convite.
¿Era lo mismo terminar el viernes ganando el primer punto que el segundo? Nos parece que no, ya que se llenaron de confianza al resto del día y les vino bárbaro a Nalbandian y Zeballos para contagiarse del efecto.
Y en el dobles, tanto David como Horacio supieron ser pacientes y esperar agazapados. Nalbandian es un eximio doblista y demostrado con creces, y sabe acompañar y apuntalar a quien se le ponga al lado. Hoy le toca con Zeballos, pero lo hizo junto a Schwank o Arnold por citar otros, y con alta efectividad.
Sumado al buen momento del marplatense que en parejas es confiable, resultaron vitales para frustrar a Llodrá y Benneteau, que solo en el primer set consiguieron plasmar su favoritismo. Luego, a pura emoción y oportunismo, los argentinos consiguieron el punto mas difícil de la serie y que era la bisagra del match entre europeos y sudamericanos. Vistieron de gloria a un sábado que iba a ser decisivo para ambos cuartetos.
Y no era lo mismo estar ante Tsonga para definir la serie que para estirarla. Y eso lo sabía muy bien Mónaco, que salió a pelearle el match al frances de entrada, pero sin herramientas. Tsonga era mucho para él, y quedo demostrado en la cancha, en un duelo de trámite con un único dueño y señor, que era el n° 8 ATP, de galera y frac para su singles de domingo.
Las especulaciones acerca de la presencia de Simon o Benneteau en el quinto punto era rumor constante desde el sábado a la noche. Tan ciertas como la seguridad de Berlocq para ese punto decisivo. La frescura de su humanidad, los antecedentes ante Simón de estar en el último punto, lo hecho ante Tsonga el viernes, le daban chapa y era para tener en cuenta, y sumados a lo inestable del galo ante Pico, el de Chascomús era número puesto para estar en el cierre de la serie, y asi lo dijo claramente Jaite en su conferencia de prensa del sábado.
Y el gladiador salió a la arena. Con fibra, garra y algo de tenis, le alcanzó. Dió el golpe en el primer set estando abajo 0-3 y dando vuelta el trámite raopidamente, mostrando que tenía con que. A esa altura la gente, era protagonista, ya que el Mary Teran de Weiss el domingo mostró la postal de otras series, y se pobló copando la parada.
Si bien en el segundo, algo relajado, le dió el parcial a Simón, el francés daba señales de que se le podía, y que le pesaba la mochila. Y cuando leyó eso Charly, no se detuvo. Supo tomar la iniciativa y sorprender oportunamente. Eso a Simón lo descolocó, ya que no tenía brújula para torcer su rumbo y quedó a merced de Berlocq, que se puso el traje de héroe en un cuarto set para el recuerdo eterno.
Todos aportaron puntos en el fin de semana, pero le tocó a Berlocq ponerle la frutilla al postre. Mónaco fue gravitante para llegar con aire al sábado e insuflar confianza en David y Horacio. Ambos, resultaron imprescindibles para darle al domingo resto a Pico o Charly. Por el lado del tandilense, nada que reprocharce ante Tsonga, que por la actualidad de ambos, dibujaron el match lógico.
Y Berlocq, supo mantenerse enfocado, entendió lo que estaba jugando y terminó de ser el hombre del fin de semana, gracias a lo hecho por Pico el viernes y David con Horacio el día anterior.
¿Como cambió Berlocq? El que era un jugador de Challengers y sorteaba terribles qualys de torneos ATP a éste, maduro, conciente de lo que hace y le toca, y que se metió en un circuito al que ya lo tiene como actor permanente en los cuadros de manera directa. Para entender en que cambió ese jugador al que vemos ahora, quien mejor que su coach, Francisco Yunis para contarnoslo.
En el terreno de las reflexiones, particularmente, de todas las series de Copa Davis que he vivido en Parque Roca, me hizo acordar a la de semis ante Rusia cuando Nalbandian pierde increiblemente ante Davydenko el domingo temprano y mas tarde Del Potro lo muele a palos a Andreev en el quinto. Igual sensación, emoción, intensidad, y logro, aunque esta haya sido de cuartos de final.
Jaite supo conformar un equipo con cierta homogeneidad, donde todos se ríen, nadie se esconde, y tiran para el mismo lado con lo que tienen. Y eso es un logro para un capitán que metió por segundo año consecutivo en semifinales de Copa Davis, a un equipo que en Enero, imaginabamos estar en setiembre en repechaje en lugar de ser otra vez uno de los cuatro mejores.
Comprender porque ganó Argentina y cuanto gravitó Berlocq, también nos lo explican dos muchachos que saben de tenis y mucho, como Juan Szafrán y Alejandro Klappenbach, siempre generosos para conmigo cuando nos cruzamos. Vale la pena escucharlos en sus conceptos.
Ahora se vienen los checos, nuevamente, pero en Praga u Ostrava, según elijan ellos, Y habra que ver que ocurre, con un equipo que irá con sed de revancha por la serie de semis el año pasado que se perdió en el hasta allí inexpugnable Parque Roca.
Falta mucho, muchísimo para ese encuentro tras el US Open, y sobre el que se seguira hablando durante cinco meses. Pero hoy, disfrutemos de esto, que es lo que nos toca ahora .-