No fue el mejor día para Delpo, no hay dudas. Hoy, se topó con Berdych inspirado, que en los momentos exactos, pegó. En un trámite de llamativa paridad, el checo supo cuando y como sacar la luz necesaria ante un Del Potro sin tiza en su raqueta. El Masters 1000 de Madrid, ya pasó a la historia para él tras su derrota ante Tomas Berdych por 7-6 (5) y 7-6 (2) .
En el game inicial, con el checo al servicio, Del Potro tuvo las dos primeras posibilidades de quiebre. Pero no las pudo aprovechar. Sin embargo, minutos después, con su rival sirviendo 1-1, el tandilense sí logró sacar diferencia en un punto en el que defendió y atacó con absoluta jerarquía, para poner el 2-1 y luego confirmar. Daba la sensación que ello era suficiente para manejar al checo en el parcial. Pero no fué así, hasta que llegó el décimo game. Juan Martín falló a la hora de cerrar el set: con el 5-4 y su servicio, perdió el juego en cero y el checo logró la igualdad en cinco por lado. Y eso que el tandilense venía jugando con autoridad y mucha firmeza. Pero trastabilló inesperadamente.
Así Berdych pasó al frente. Pero Del Potro no se achicó y logró llegar al tiebreak. En el principio, el europeo sacó a relucir su mejor nivel y, sin errores, alcanzó el 5-2. Pero JM reaccionó y llegó a estar 5-5. Pero otra vez volvió a fallar en el final y entonces, tras una hora y nueve minutos, el checo ganó el set por 7-5 en los penales. Era el primer set que perdía Delpo en dos semanas, y los peores momentos para el de Tandil.
El final de ese set mostró a un Del Potro molesto, con una postura y una reacción que no eran la del comienzo del partido. Estaba golpeado, y como nunca se había mostrado hasta aquí en la semana, su fastidio salió a relucir.
"!¿Cómo está la pista eh?¡", le gritaron desde la grada cuando se preparaba en un saque, "el año que viene, rosa", añadió el mismo espectador, frase que gustó a Delpo que rompió su silencio y aplaudió la ocurrencia aplaudiendo con su raqueta.
Volviendo al partido, el malestar de ese epílogo en el primer set, lo mantuvo desconcentrado y arrancó mal el segundo parcial. Berdych lo quebró, confirmó y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba 2-0. Hubo que esperar varios juegos más para encontrar la reacción del tandilense, quien, con el checo sirviendo 3-2, apretó el acelerador y logró nivelar.
Volvió a la cancha, con todas las pilas de nuevo y muy engranado en el partido. Puño apretado, festejo y cambio de actitud para el de Tandil, más metido dentro de la cancha en este tramo del partido. El 4-3 para Delpo mostraba en cifras que era otro momento para él. Era la reacción que se esperaba y necesitaba, sobre todo, para amedrentar a Berdych y no dejar que se agrandara más.
La paridad entre ambos se mantuvo en el resto del set y así llegaron a un nuevo tie-break, una definición que otra vez tuvo varios matices. Primero, porque Berdych estuvo al frente por 3-1 tras lograr un miniquiebre producto de un resbalón del tandilense, quien se mostró con los brazos en jarra y nuevamente contrariado con la polémica superficie azul. Luego, el argentino logró nivelar tras una doble falta del europeo y pasó al frente por 5-4 con dos grandes servicios. Daba la sensación que se encaminaba a la paridad y ver un tercer parcial.
Fué cuando un ace de Berdych pone el 5-5 y luego otro gran saque el primer match point. Era momento de respuestas rápidas y precisas. Y Delpo mete otro servicio perfecto y pone el 6-6. Después, un momento clave: el juez de silla da malo un primer saque del argentino (la TV lo corroboró, aunque no oficialmente), que luego comete un error no forzado jugando desde el segundo.
Con el 7-6 a su favor, Berdych no perdonó y cerró el partido en dos horas y 18 minutos. El de Tandil no dudó en reprocharle al juez supuestos errores, pero ya era tarde. La final en Madrid quedará para otra ocasión.
Y la racha en polvo de ladrillo desde Estoril, se cortó ante un Berdych que justificó la victoria con lo hecho en los momentos importantes, esos en los que hoy Del Potro falló, y eso se paga. Juan Martín estuvo en una semana bárbara, pero Berdych también. No por nada ambos aribaban a la semifinal sin ceder un set en el torneo.
Pero ya está, la derrota no empaña lo acumulado en la gira, ni pone preocupación para la Davis en setiembre próximo. Ahora, Roma será la proxima estación del tren que se detiene en París, en Roland Garros.