La travesía de once horas y media llegó a su fin, y salvo la dificultad que tuve para conciliar el sueño, debo reconocer que el viaje salió mejor de lo esperado.
Para comenzar los trámites, esos que uno se imagina tediosos, resultaron muchísimo más simples, tanto en Argentina como en España. En ambos países hubo muy buena onda, y solo un par de preguntas de rigor.
La breve estancia en Madrid me permitió disfrutar un poco como turista, y de paso comparar los precios. Me decidí a almorzar en el Museo del Jamón, en pleno centro, y luego me senté en un bar a escribir, repasar apuntes y chequear cuanta información relacionara a la final de la Davis.
Por solo 14 euros disfruté de la comida, una cerveza y un café con crema, y eso me hizo pensar en la gran diferencia que existe en materia de precios. En Argentina si olvidé comprar los alfajores en Córdoba (dos cajas de 12 unidades por $ 50), tengo que pagar $ 55 por una caja en Ezeiza. Y si quiero comer algo mientras espero el vuelo internacional, debo gastar como mínimo unos $ 32 por un agua mineral y una porción de tarta pequeña.
Pero volviendo al motivo que me trajo hasta acá, quiero comentar mis primeras impresiones cuando pise el suelo de la madre patria. El clima copero no lo sentí en la calle y tampoco en los bares, en cambio pude apreciar la gran cobertura y el espacio que le dedican los periódicos.
Los enviados especiales ya se encuentran en Sevilla con el ojo atento a los dos equipos. Sucede que hay demasiado respeto hacia la formación capitaneada por Tito Vázquez, al mismo tiempo que se recuerda permanentemente la final de 2008 en Mar del Plata. Hablando con colegas madrileños me confían que a nadie se le cruza por la cabeza perder, sin embargo destacan a Del Potro y Nalbandian, dos nombres que los españoles jamás habrían elegido para enfrentar, aún cuando se juega en polvo de ladrillo.
Vázquez aún no confirmó la lista, pero suena muy fuerte Eduardo Schwank como cuarto jugador, y a esta altura casi seguro compañero de dobles de Nalbandian. Hay muchas dudas, pero como lo sostengo desde hace un mes, considero que la mejor estrategia para Argentina es que Del Potro y Mónaco jueguen los singles del viernes, para no enviar al unquillense a un desgaste innecesario contra Nadal.
Después será cuestión de analizar, y siempre dependiendo de los resultados de la primera jornada, pero un Nalbandian fresco puede liderar al equipo a un victoria en el dobles. Es cierto que son razonamientos, pero bueno, en la cancha se verá la verdad, mientras tanto disfruto de mi primera noche en España, cenando exquisitas pastas con un vino tinto muy agradable en boca.
Mañana será un nuevo día, y habrá que estar atentos a las novedades. Hasta la próxima…