Solo era cuestión de tiempo, no caben dudas ahora de ello. Aunque no falta alguno que dirá gratuitamente que aprovechó el bajón de Federer, o la presión de Rafa por sostener lo hecho en 2010, y vaya a saber uno cuantas cosas mas.
Pero muchos otros, que también estaban en la conversación, fueron superados por la paciencia, o su tenis no sobrevivió en el tiempo, y la chance se esfumó.
Lo cierto es que Novak Djokovic no será un tenista mas que pasará desapercibido, ni mucho menos, con logros que en este 2011 le imprimieron el sello que lo acompañara por largo tiempo. El serbio, casi imparable desde que a fines del año último fue el abanderado de su equipo campeón de la Copa Davis, solo tuvo dos tropiezos en un año que aún no ha terminado, y en el tercio que le resta, puede seguir sumando minutos de gloria y glamour en su juego.
En su historial, lo mejor hecho él fue en 2007 y en 2009, donde había ganado cinco campeonatos en singles, siendo esa su cifra máxima, mientras que en esta temporada ya duplicó la cantidad, al obtener 10 en 11 finales. Por eso, su foja de títulos en toda su carrera es de 28 (cayó en 14 finales).
Los dos match-points en la semifinal del Sábado ante Federer en este US Open, ya que el suizo sacó con ventaja de 5-3 y 40-15 en un apasionante quinto set, lo pintaron de cuerpo entero y fué el mensaje de lo que era capaz de hacer, que no pudo evitar Rafa. El n° 1 del mundo conectó, fiel a su estilo, y como luego lo repitió ante el campeón defensor, una devolución estupenda y acto seguido aprovechó que una derecha del suizo se quedó en la red. Allí revirtió la historia, se adjudicó cuatro games al hilo y se metió en la final.
De hecho, Djokovic es el primer jugador en ganarle seis finales a Nadal en un mismo año. Un dato más que elocuente muestra que, si bien Nadal sigue superando a Djokovic en los duelos personales, ahora por 16-13, el serbio revirtió la tendencia negativa en finales contra el español.
Hasta el año pasado, Nadal se había apoderado de las cinco definiciones entre ambos, y en esta temporada Djokovic ya dió vuelta la historia al cantar victoria en las seis finales.
Si existiera el empate en el tenis, ese sería el resultado justo para lo ocurrido en el Arthur Ashe. El marcador, a veces mentiroso, no fué una fiel muestra de lo que ocurrió en la cancha, con interminables games y peloteos de otro planeta. Rafa Nadal, deberá quedarse tranquilo, que puso todo lo que tenía que poner en la cancha, pero que no le alcanzó. Disputó eternos rallyes de mas de 30 cruces en la red, devolvió como una pared lo que le bombardeaba el serbio, y puso la actitud y el profesionalismo habitual.
Nada que reprochar, solo que enfrente estaba Djokovic, tan solo eso.
Esta semana, por las semis de Copa Davis ante Argentina en Belgrado, volverá a mostrar en la cancha a un Djokovic en su pico mas alto de rendimiento, y con la estirpe de héroe nacional que lo rebalzara ante su propio público. Y el actual nivel de Del Potro, sumado a la estirpe copera de David Nalbandian, no parece suficiente para amargarle su trajinar en este año.
Lo concreto es que nada ni nadie, aparece hoy por hoy, como obstáculo para que Djokovic salude a algún colega en la red tras un partido, con él como iniciador en el camino a vestuarios. Y para quien concrete ello por estos días, será catalogado como un iluminado, sin lugar a dudas .-