Seguramente este Argentina Open quedará en el recuerdo de muchos. Por muchos factores, esta version 2017 que lucía floja en protagonistas sostuvo su interés con el buen andar de Berlocq, el paso seguro de Nishikori, y las sorpresiva semana de quien ganó el torneo, Alexander Dolgopolov.
Otro factor es que, a pesar de las buenas jornadas del viernes, sabado y domingo, la concurrencia es la menos desde el 2002, con solo 37141 entradas, la mas pobre lejos de todas sus ediciones.
La edición 2017 d Argentina Open fue la de menor concurrencia con 34.171 tickets vendidos durante la semana. Peor aún q en febrero d 2002.
— Christian Frigerio (@ChrisFrigerio) 19 de febrero de 2017
Aun así, los 37° de sensación térmica no hicieron mella en las 4500 almas que se juntaron en el BALTC, en una concurrencia acorde a una final de buen calibre y sin argentinos en el court.
Dolgopolov venía de meter buenos resultados en su camino a la final, al igual que Nishikori, quien en la previa era el lógico candidato y quien se llevaba las preferencias de muchos. Pero en el tenis estas cosas ocurren, que el menos pintado sea el que brille o hasta que opaque a la estrella, cosa que ocurrió en el court central Guillermo Vilas.
Un primer set donde ninguno gravitó sobre el otro, pero en el que las mejores oportunidades cayeron para el ucraniano que no las supo aprovechar. A Nishikori le costaba mucho sostener su games y a Dolgopolov lo contrario, y allí se vio un desbalance en el trámite.
Igualmente, Nishikori con mucha clase supo llevar el manejo hasta desembocar en el tie break, donde el ucraniano se animó mas y el asiático solo "atajó" algunas pelotas pero que no le alcanzaon para adueñarse del parcial. En 58 minutos el 7-6 (4) era del europeo.
En el segundo, la cosa fue pareja hasta el séptimo, donde hizo daño Dolgopolov en el segundo break point que dispuso en ese juego, y se alejó a un 4-2 que parecía lapidario.
Y lo fue, ya que sostuvo mas tarde su servicio y en el 5-4 erá el que mejor lucía en la cancha, mas decidido y con la confianza de un quiebre en su raquetero con a esa altura 98 minutos de juego cerró el 6-4 que le daba el premio merecido por la excelente semana en Buenos Aires.
Con una actitud elogiable, salió a definir el match sin temores, y en 101 minutos metía su primer triunfo ante Nishikori en seis encuentros y sumar su tercer título en su carrera, ganando el último en Washington 2012.
Alexandr Dolgopolov se transformó en el dueño del tenis en Argentina esta edición, y habrá que ver si regresará en 2018 para defenderlo. Sin un tenis estético, vistoso, pero efectivo, en silencio se metió en una final que pocos aventuraban tenerlo como protagonista y que gracias a ella subirá cerca del 50° ATP desde mañana.
El 2018 traerá, seguramente nuevas figuras, mas argentinos para tratar de llegar lejos y quizás alguna figura que aporte además de tenis un poco mas de espectáculo.
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