AO: Día 11

Se tomó su tiempo, pero los tiempos de maduración llegaron a su punto justo, en el primer GS del año. Hablamos claramente, de Andy Murray.

Dejó bien atrás el difícil momento por la operación en la espalda, la salida del Top 10 y la posterior adaptación a su coach Amelie Mauresmo. Esta vez, lo sufrió Berdych, que venía con el notable pergamino de bajar nada menos que a Rafael Nadal, en cuartos.

Murray venció al checo por 6-7 (6), 6-0, 6-3 y 7-5, y avanzó a la final del Abierto de Australia. "Cambié un poco la táctica en el segundo set, pero también comencé a sentirme algo más cómodo con las condiciones de juego", dijo Murray, campeón del US Open ’12 y Wimbledon ’13, tras 3 horas y 26 minutos de intensa lucha. Su rival saldrá del ganador del partido que sostendrán este viernes el serbio Novak Djokovic y el suizo Stanislas Wawrinka, campéon defensor.

Buen comienzo de Berdych, que salvó un set point con una imponente derecha y una volea de revés cruzada sacando 5-6 en el tie break. Un dirve de Murray murió en la red, y el checo sacaba ventaja tras 76 minutos.

Pero todo cambió en el segundo juego. Porque el británico quebró rápidamente y en un abrir y cerrar de ojos estampo un sorpresivo 6-0. Se avivó a tiempo y paralizó a Berdych sorpresivamente.

En el tercero, Murray dominó ante un Berdych que mostró apenas pinceladas de su juego. El británico metió un ace y cerró con un cómodo 6-3. Ya tenía el control del partido y era dueño de la iniciativa.

En el cuarto set, Berdych recuperó la intensidad y el equilibrio del primero, pero Murray se las arregló para quebrar en el momento justo para 6-5 y cerró con un ace el pase a la final.