El torneo de tenis más importante de la Argentina, el ATP 250 porteño, recibió una triste noticia. Para 2015 fue reubicado en otra semana, la última de febrero, desde el 23, lo que resultará perjudicial porque competirá con dos certámenes de una categoría superior (500) y de mejores recursos económicos, Dubai y Acapulco, ambos de superficie dura, donde no suelen faltar las raquetas top. El lugar de Buenos Aires en el calendario lo tomó San Pablo, también sobre polvo de ladrillo, que desde hace más de un año estaba presionando por conseguirlo.
Era una posibilidad que Miguel Nido, propietario de la Copa Claro, temía, aunque hace un mes dijo que confiaba en que la "tradición y la organización de Buenos Aires" debían pesar en favor de la decisión final del flamante director ejecutivo y presidente de la ATP, el inglés Chris Kermode, que visitó nuestro país para evaluar la última edición del certamen. Sin embargo, el poderío económico del torneo paulista inclinó la balanza.
Detrás del interés del certamen paulista por modificar su fecha también hay una historia de egos. Río de Janeiro tiene desde este año un ATP 500 (jugó Rafael Nadal, luego de ausentarse de Buenos Aires por no estar recuperado de una molestia), organizado por IMX, una sociedad que nació de la unión entre el Grupo EBX e IMG Worldwide, que representa a muchos de los mejores tenistas del mundo. En el mundillo del tenis piensan que con este poderoso evento carioca, Luis Felipe Tabares, hombre fuerte de Koch Tavares, promotora del ATP paulista, se sintió con el orgullo tocado y se movió para "equiparar" el impacto. Primero ofreció un monto del premio para los jugadores de U$S 1.000.000, cifra excesiva para un 250; luego dio marcha atrás en esa oferta, pero así y todo logró lo que tanto pretendía.
"Cuando terminó la Copa Claro este año me fui con una buena impresión, con que Kermode había encontrado un buen feeling. La ATP no tenía ningún punto para corregirme", añadió Nido. El empresario puertorriqueño dijo que para 2015 no le preocupa tanto el armado del cuadro principal de jugadores, sino la situación económica y política nacional. "El panorama del país es lo que me preocupa. Siempre tuvimos el apoyo de la empresa privada. Sacamos adelante los torneos de 2001, 2002 y 2003, pero sé que será otro año difícil. Habrá que adaptarse al mercado", acotó Nido.
En septiembre, se publicó en canchallena.com que en los próximos tiempos el ATP porteño podía cambiar de dueño, ya que, precisamente, a los propietarios actuales se les estaba haciendo muy complicado mantener en pie el torneo. Al respecto y sobre si se reunió en las últimas horas con posibles interesados en la franquicia, Nido dijo: "Charlas serias, ninguna".
En estas condiciones será más espinoso traer figuras extranjeras a Buenos Aires (se sabe que Juan Martín del Potro no suele jugar el torneo y no necesariamente por sus diferencias con el director Martín Jaite, sino porque prefiere hacerlo en superficies rápidas). Dubai, firme desde sus petrodólares, suele contar con Roger Federer y Novak Djokovic; mientras que Acapulco, que este año tuvo a Andy Murray, es uno de los torneos favoritos por los jugadores por sus condiciones climáticas y las playas.
Nadal, asimismo, que hasta que se bajó este año era el gran soplo de aire fresco, hizo inversiones hoteleras en Cozumel y se construyó una cancha igual a la de Indian Wells para entrenarse allí en la semana que se juega Acapulco, Dubai y -este año- San Pablo, para luego ir a punto a California.
El español tuvo esa rutina y si en 2015 la repite, no jugará en la Argentina. "La esperanza de que venga no la voy a perder. Trataríamos de que el torneo terminara un sábado para que tenga un día más de descanso en caso de que llegara a la final", afirmó Nido. También habrá que ver si el N° 1 siente algún tipo de deuda con la organización y el próximo año juega en Palermo.
Aunque son especulaciones en un escenario que quedó resentido tras la, inesperada para muchos, decisión de la ATP.-