Se sacó un peso pesado del camino y va por otro. Si, asi se puede enunciar lo que hizo hoy el británico Andy Murray en el Rod Laver Arena en la madrugada-mañana en latinoamerica.
Murray, tercer favorito, superó al suizo Roger Federer (2°) por 6-4, 6-7 (5), 6-3, 6-7 (2) y 6-2, en cuatro horas de acción, y jugará la final del Abierto de Australia ante el serbio Novak Djokovic, número uno del mundo. Flor de partido espera la final, nada despreciable ni mucho menos.
Mas inspirado, con mejor iniciativa y un inclaudicable espiritu de lucha, el vencedor del suizo hoy tuvo sus luces y en los momentos culmines. Algo que parece haber madurado tras conseguir un Grand Slam y que tanto se le reclamaba. Supo salir de baches y fue siempre al frente, arriesgando siempre y sacando hoy una luz de ventaja con el ex n°1. Tuvo su premio justo.
Su servicio funcionó en todo momento y con el hizo diferencias, sobre todo en el quinto set. Alli si hubo menos equivalencias entre ambos. Un Murray mas enfocado ante un Federer menso dañino con su saque, marcaron el paso de un prrimer set al pulso del n°3 que hizo en 45 minutos suyo el parcial.
El escocés continuó por la misma senda en el segundo set, pero la reacción de Federer llegó. Se despertó de su quietud anterior y mejoró su saque además de visitar mas seguido la red y con buenos dividendos; se movió mejor en la cancha y le restó iniciativa a Murray. Se emparejaba el duelo, y entonces nada hacía pensar que al menos esto se estiraba a un cuarto set, tras casi unoa hora del parcial.
Lejos de inquietarse, Murray aceptó el desafío y se llevó por delante a Federer en el tercer set. Arrancó sacando y quebrando rápido, se metió de lleno en el partido otra vez y casi ni lo dejó reaccionar al suizo, que se vió superado con claridad por primera vez en el torneo.
De vuelta a la pelea, el cuarto set prometía una gran lucha, ya que estaba dos sets arriba en el marcador el británico.
Ese cuarto set, sin dudas, le agregó la cuota de emoción que quizá le faltaba al encuentro. Federer, luego de salvarse con su servicio, quebró a Murray por primera vez en el partido y llegó a sacar una diferencia de 4-1, pero el escocés, muy ofensivo, logró recuperarse y después, en un enorme game, puso el 4-4. De ahí en adelante, tenis de alto vuelo.
El británico se mostró mejor plantado, con golpes más firmes y en constante posición de ataque. Federer estaba en un lugar más defensivo y hasta algo impreciso, tal es así que tres errores no forzados lo pusieron entre la espalda y la pared en el 5-5. Quedó 0-40; y vio caer su servicio.
Pero nunca lo den por muerto a Federer. Volvió al partido, le disputó palmo a palmo el cierre a Murray que por un momento se perdió, y en los "penales" se llevó el set.
El quinto invitaba a ser electrizante y de alto voltaje, pero no ocurrió ello. Murray se enfocó de nuevo, quebró a Federer que se desinfló y se puso a la defensiva, lo que lo perjudicó a la postre. Asi, le facilitó las cosas a Murray que con otro quiebre y en poco tiempo, liquidó un match que duró cuatro horas y que lo deposita por tercera vez en la final de Melbourne.
Alli, lo espera el hasta aquí imbatible Djokovic. Y como decíamos ántes, es la tercera final de Murray aquí. ¿Será la vencida ?.