Pobre Ferrer. Deberà buscar nuevas sensaciones y estìmulos para volver a Barcelona a un Godò, si sabe que Rafa Nadal lo disputa. La paternidad en finales aquì para el de manacor, es un tema sin discusiòn y que no sabe de excusas.
Hoy, Rafael Nadal, número dos mundial, prolongó su reinado en Barcelona al alzarse con su séptimo Godó consecutivo, tras vencer una vez más a Ferrer, por 7-6 (1) y 7-5, en dos horas y cuarenta minutos. El partido fue de una lucha en el mas alto nivel, sobre todo en el primer set, donde Ferrer rercurriò a lo mejor de sì para poder intentar lo que nunca hasta ahora ha podido, vencer a Rafa en Cataluña.
Nadal, que no pierde un partido en este torneo desde que Àlex Corretja lo eliminara en segunda ronda de 2003, privó hoy otra vez del título a Ferrer, que ha perdido ante el balear cuatro finales del abierto barcelonés en los últimos cinco años.
Y eso que esta vez, el alicantino, sexto jugador mundial, jugó con la convicción necesaria para poner en apuros a Nadal. Ganó su saque y rompió el de su adversario nada más empezar, y aunque el manacorense le devolvió la rotura en el siguiente juego, no dejó que abriera brecha en el marcador durante toda esta primera manga.
Pero tener a Nadal en este nivel, frustra a cualquiera. Ferrer, debe quedarse tranquilo de haber dejado todo, como siempre, y resignarse a ser, sin ninguna duda, en le indiscutido nº 2 del mundo en polvo de ladrillo.
Volviendo al partido, Ferrer llevaba al límite a Nadal, cargaba sobre su revés, le mantenía casi siempre por detrás de la línea de fondo, y aunque el balear era capaz de protagonizar puntos de mérito, estos eran casi siempre fruto de su enorme talento más que de la continuidad en su juego. Ferrer trataba de buscar nuevas recetas para poder fisurar la resistencia de Nadal. pero se encontraba siempre con respuestas al límite, que sorprendìan en el desarrollo de cada punto.
Con 6-5 para el alicantino y Nadal al servicio, el partido se fue al duodécimo juego, que a la postre resultaría clave. Hasta ese momento, la igualdad había sido casi total en el intercambio de golpes, en el que Nadal se sentía algo más incómodo por lo inesperado del plan.
En ese duodécimo juego, Ferrer dispondría de cinco bolas para break, cinco bolas para llevarse el primer set. Pero entonces le entró miedo a ganar. Le temblò la raqueta. Es el pánico que a veces transmite de manera indisimulable Nadal, y que en esta oportunidad, Ferrer "comprò" y de esa manera fue imposible que facturara alguna de las cinco chances a su alcance.
Ferrer dejó que fuera Nadal quien se jugara cada una de esos puntos, que fuera él quién decidiera el destino. Y el ‘rey de la tierra batida’ aceptó el reto encantado. No pudo ponerlo en la cornisa con riesgo a desmoronarse, pareciò mucho mas còmodo en la desventaja Rafa que el propio Ferrer en la ventaja para set.
Por ende, Nadal acabó conservando su servicio e igualando a seis. Y Ferrer, con la cabeza aún puesta en esas cinco oportunidades desperdiciadas prácticamente le regaló a Nadal el desempate (7-1). Se quedó con la mente en su rìgido clavado en las chances que se le fueron. Mientras, Rafa arremetiò y se llevò el parcial.
Rafael Nadal había tenido que sudar durante una hora y 33 minutos para arrancarle a Ferrer el primer set, más de lo que había necesitado para derrotar al resto de sus rivales durante todo el torneo. Y necesitaría otra hora larga para llevarse el segundo.
La segunda manga, si bien bajó un poco en intensidad, el cansancio hizo mella en ambos tenistas y aparecieron los errores no forzados por ambos lados. Ambos bajaron un cambio, obligados por el desgaste fìsico, y mental, sobre todo del lado de Ferrer. Y allì Nadal fue el primero en romper y ponerse 3-1, pero luego Ferrer, ante la sorpresa de todos por lo que mostraba desde lo gestual, le devolvería la rotura inmediatamente después y le volvería a romper en el noveno juego.
¿Era el momento de emparejar y sufrir un tercero? No fue lo que pensò Nadal, que resurgiò como siempre, de la nada.
Es que Ferrer se puso 5-4 y saque para forzar el set de desempate. Pero el eterno Nadal, apagò otro incendio para superar nuevamente a Ferrer, y desmoronarlo mentalente de manera definitiva. Nadal se llevó entonces el juego, y ese punto parecio ser el verdadero punto de partido.
Fue cuando disputò el ùltimo game, para la estadìtica solamente. Ferrer no opuso resistencia, y con el game en cero, se llevò otro trofeo en Barcelona, donde hasta ahora, no tiene rival que lo intimide .-
Barcelona Open Banc Sabadell
ATP World Tour 500
Barcelona, España
Singles – Final
[1] R Nadal (ESP) d [3] D Ferrer (ESP) 76(1) 75
Dobles – Final
[4] M Fyrstenberg (POL) / M Matkowski (POL) d M Granollers (ESP) / M Lopez (ESP) 26 76(1) 10-8