Williams Cup

La estadounidense Serena Williams (2ª preclasificada) venció a la rusa Elena Dementieva (4ª) por 6-7 (4-7), 7-5 y 8-6, en las semifinales de Wimbledon y jugará la final del torneo londinense frente a su hermana, Venus (3ª), que venció a la número uno del mundo Dinara Safina (1ª) por 6-1 y 6-0.

Como se desprende del resultado de ambos encuentros, los dos tuvieron desarrollos completamente opuesto: mientras Serena tuvo que batallar ante una rival que se lución, Venus apabulló a su contrincante rusa que volvió a mostrarse vulnerable en instancias definitorias de un Grand Slam.

Serena, con brillo

En un partido muy bien jugado, emotivo y de gran paridad, la menor de las hermanas Williams se aseguró su acceso a la 14ª final de Grand Slam de su carrera, y la quinta en el césped inglés. La tónica del encuentro fue un intercambio de palo y palo, golpe y golpe: todo fue velocidad, potencia y tiros esquinados. Serena buscó tomar la iniciativa pegando fuerte y bien cerca de las líneas, a veces demasiado cerca hasta el punto de no darse margen de error. La número cuatro del mundo respondió siempre con excelentes devoluciones, muchos contragolpes y tiros agresivos. También aprovechó su buena movilidad para no verse desbordada por los permanentes intentos de Williams.

El primer set arrancó con un quiebre de Dementieva, que Serena recuperó de inmediato. Luego la paridad se mantuvo con las dos jugadoras en buen nivel, sólidas y buscando atacar con su servicio. En ese parcial, sólo Serena tuvo más oportunidades de break: fueron tres consecutivas cuando quedó 0-40 en el 3-3, pero Dementieva levantó las tres por mérito propio y dejó las cosas equilibradas hasta el tie break. En el desempate, la rubia soviética sacó la diferencia gracias a su regularidad, y a su capacidad para jugarle de igual a igual en cuanto a velocidad a una Serena que quizá arriesgó demasiado y cometió errores en los momentos clave, aun cuando se notó el nerviosismo de su rival que, en su primera chance para cerrar el set, cometió una doble falta.

Sin embargo, la norteamericana reaccionó rápido: en el primer game de la seguna manga se quedó con el saque de Dementieva. Estuvo en ventaja hasta que la rusa -que nunca dejó de atacar con decisión- recuperó el quiebre para ponerse 3-3. En el game siguiente Serena tuvo una chance de volver a quedar al frente, pero la desaprovechó. Las dos exhibieron en todo momento un alto grado de concentración y una precisión envidiable, que se tradujo en la mayor parte de las veces en muy buenos juegos con el servicio propio. Por eso fue tan valioso el nuevo quiebre de la menor de las Williams, que rompió el servicio de su oponente cuando estaban 5-5 y se dio la oportunidad para sacar para set. En ese último juego, Dementieva contó con dos break points, uno de los cuales desperdición con un error no forzado bastante tonto. Serena cerró el parcial por 7-5.

El último set repitió la tendencia del encuentro: Dementieva quebró para quedar 3-1, pero sucumbió un poco ante la presión de tener una oportunidad de cerrar el juego y perdió su servicio enseguida. Incluso, la rusa tuvo un match point con Serena sacando 5-4. Otra vez lo dejó pasar. Aunque esta vez por mérito de una rival que fue al ataque. Sin embargo fue Serena la que levantó su juego en los momentos importantes, y la que se encargó de quebrar en el 6-6 para cerrar el juego con su servicio en dos horas y 49 minutos de partido, el juego de semifinales más largo de la historia del torneo.

Así, la norteamericana se mete por segundo año consecutivo en la última ronda del torneo londinense, donde tendrá una nueva oportunidad de alzarse con el título después de haberlo conseguido ya en los años 2002 y 2003.

 

Venus, sin competencia

Mucho más insípido resultó el duelo de la mayor de las hermanas. Venus tuvo un paso arrasador frente a Dinara Safina, la sometió por potencia y velocidad de pelota, la incomodó siempre cuando le tocó recibir el servicio y no le dio nunca tiempo a adaptarse a la cancha, a su ritmo ni a estar en desventaja en el marcador.

Antes de la media hora de partido, Venus ya estaba set arriba. La estadounidense aprovechó las cinco oportunidades de quiebre que tuvo durante el juego y -como para no dejar dudas- salvó la única que tuvo Safina. La mayor de las "hermanísimas" del circuito exhibe este año un físico más estilizado que el de la "benjamina" del club, Serena, pero igualmente potente. Y esta vez se notó de nuevo.

"Es un sueño hecho realidad estar aquí otra vez y poder defender el título", afirmaba una Venus visiblemente emocionada al terminar su encuentro en la pista Central. Eso sí, pese a haber destrozado a la número 1, tuvo palabras de elogio hacia su rival, que abandonó la cancha abatida: "tiene muchísimo talento y es una jugadora muy valiente pero yo he podido mantenerme centrada y, además, tengo mucha experiencia aquí".

Su adversaria se lo puso en bandeja. Tanto poderío de Venus empequeñeció a la primera cabeza de serie, una jugadora que vuelve a quedarse sin "grande". La "Catedral" iba con el oponente débil pero Safina ya no sabía cómo atacar a la norteamericana; cómo frenar tanto derroche de golpes ganadores y, sobre todo, como remontar el 1-6 que le asestó la tercera favorita en un primer parcial que dejó poco espacio a las dudas ante una pista que mostró, sorprendentemente, muchas butacas vacías.

A Venus no le costó prácticamente ningún esfuerzo encadenar 5 juegos a cero ante su oponente. Mal comienzo y presagio de la debacle que se le avecinaba a la moscovita. Las armas de Safina, que resoplaba, que sufría, que se quedaba sin ideas, quedaban totalmente neutralizadas ante una Williams más arrolladora que nunca que se llevaba la primera manga en sólo 27 minutos. Increíble que esto fuera una semifinal de un Grand Slam.

Con el 4-0 en contra, esta contienda empezaba a convertirse en una exhibición individual de la mayor de las Williams. Y la catástrofe continuaba. Venus volvía a romper el saque de la jugadora rusa y el marcador continuaba indicando el desastre para Safina con el 0-5 para rematar el choque con 6 juegos a cero. Este parcial, además, le llevó 3 minutos menos que el anterior.

En definitiva, en ningún momento del duelo hubo equivalencias entre una ganadora que logró 15 winners y cometió un solo error no forzado, y una perdedora que cometió 15 errores no forzados y consiguió solo 6 tiros ganadores.

Ahora, la campeona reinante irá por su sexta corona en el césped inglés. Será su novena final en Wimbledon donde, las únicas dos veces que perdió lo hizo justamente frente a su hermana Serena. Al igual que Serena, Venus alcanza su 14ª final en un torneo de Grand Slam.

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