En medio de un 2020 afectado por el COVID-19 la rosarina y el Peque se las arreglaron para mantener viva la llama en sus circuitos hasta el cierre de temporada.
Programar un calendario internacional para competencia, para cualquier deportista de elite, en plena pandemia, sin dudas que ha sido muy complicado. Muchas actividades se han postergado, como los JJ.OO. Tokio, otras se ajustaron (la F1 y la Champions League), y en el caso de varias ligas de futbol europeos terminaron abruptamente (Holanda). En fin, un sin numero de actividades que marcaban el pulso deportivo en el planeta.
Y el tenis, que no fue la excepción, regreso al ruedo, claro, con particularidades tales como Wimbledon sin acción y pasado al 2021, o Roland Garros en fecha insólita como el otoño europeo, y muchos torneos se cancelaron, como pasó con las giras asiáticas, la Copa Davis Finals y varios M1000 como Indian Wells, Miami, Montecarlo, Madrid y Shanghai.
Aun asi, dos argentinos se las arreglaron para sobrevivir y destacarse por sobre el resto: Nadia Podoroska y Diego Schwartzman.
En el caso del Peque, su frustrante paso por el US Open cayendo tempranamente, estimuló su ego y lejos de caerse en el reinicio de la temporada, dejo huella en el clay europeo tras su gran performance en Roma ante Nadal llegando a la final con Djokovic, y acceder a la semifinal de Roland Garros perdiendo con el eterno rey, Rafa en el patio de su casa. Esos impactos potenciaron su figura y asi cimento la chance del Masters, un torneo solo para ocho elegidos, en su paso por Paris-Bercy, el ultimo M1000 del año, sumando lo necesario para ese objetivo.
Por el lado de la rosarina, hizo el click, pego el salto de calidad en París, sorprendiendo a todos y con actuaciones convincentes. No se trató de una semana dulce, ya que Nadia vino desde la qualy, disputando nueve matchs para llegar a semis y cayendo ante luego, la campeona, la polaca Iga Swiatek. Había llegado al ultimo GS del año desde el 131° WTA, y se fue con el 48°. Y en su estreno en el ultimo compromiso de su circuito femenino esta semana, sigue creciendo y aseguro al menos estar entre las 8 mejores en Linz (Austria).
Ambos lograron algo encomiable en Roland Garros, estar entre los cuatro mejores en sus cuadros, y caer ante los campeones, los únicos que pudieron con los dos.
Schwartzman y Podoroska son el soplo de aire fresco que pone a la Argentina en la consideración eterna. Quizás en Podoroska, se despierte ese dormido tenis femenino tan necesitado de figuras de relieve y que sepan sostener ese sitial en el tiempo y con permanencia competitiva. En cambio de Schwartzman, es cierto que se esperaba una evolución de este tipo, que felizmente sucedio este 2020 en medio de un contexto, que supo capitalizar muy bien y le significo entrar al Top-10 y como frutilla del postre, el Masters de Londres.
Con ellos como estandarte, seguramente habrá mas por celebrar, y nuestro tenis nuevamente, saca conejos de la galera.-