El GS francés será el torneo que le cambió la vida. Todo lo que vendrá luego de Roland Garros
Desde aquel momento en el que Nadia Podoroska tenía 5 años y quedó deslumbrada con los tenistas de la Legión Argentina y le pidió a su mamá que la llevara a jugar al tenis en Rosario, hasta este impacto histórico sobre el polvo de ladrillo de Roland Garros, han pasado algo menos de dos décadas. Mucho tiempo de germinación, miles de horas de paciencia y lecciones, triunfos que ayudan a crecer y derrotas que dejan enseñanzas. Todo desembocó y explotó en la tierra de los sueños del tenis argentino: Roland Garros.
Allí está Podoroska, victoriosa sobre el polvo de ladrillo del court Simonne Mathieu, en medio del Jardín Botánico del Bois de Boulogne. Una producción de menor a mayor le permitió superar a la checa Barbora Krejcikova -ex campeona en dobles del abierto francés- por 2-6, 6-2 y 6-3, y acomodarse entre las ocho mejores del último GS de la temporada, nada menos. Un lugar que se había hecho inusual para el tenis femenino argentino. Paola Suárez fue la última que alcanzó esa instancia en un Grand Slam, en Wimbledon ‘04, y también en Roland Garros, el mismo año; tiempos en los que la pequeña Podoroska aún tomaba sus primeras lecciones en Fisherton.
El martes se enfrentará con [3] Elina Svitolina, la número 5 del ranking mundial; una rival con mucho más oficio dentro del circuito WTA, con 15 títulos en su haber y que también ha transitado varias veces las etapas importantes en los Grand Slams. Lógica pura: suben los escalones y en la misma medida que crecen las recompensas también aumentan las exigencias y los sacrificios. A muchos puede sorprender el ascenso de Podoroska, pero este año acumuló 42 triunfos y sufrió apenas 6 derrotas, y eso que estuvo varias meses sin acción por la pandemia.
Pero ya nada será igual para Podoroska después de este Roland Garros que le cambia la vida de manera literal. La rosarina pisa un espacio inexplorado, y cuando se despida de París le abrirá las puertas a un nuevo mundo del universo de las raquetas. Más concretamente: llegó al abierto francés con lo que era su mejor ranking (131º) y se irá con un puesto seguro dentro de las 70 primeras del mundo. Una posición que le permitirá ingresar con más frecuencia en los torneos del WTA Tour. No quedan muchos certámenes en lo que resta del año, pero de todos modos contará con buena parte de 2021 también para acostumbrarse a otro panorama, con rivales de primer nivel, como la que enfrentará en los cuartos de final en París. Vale recordar que el año próximo, además, tendrá como una de sus metas los Juegos Olímpicos de Tokio, cita para la que se clasificó como campeona panamericana en Lima.
En París, Podoroska ha mantenido los pies en la tierra, más allá de la felicidad lógica por un presente de ensueño: “No esperaba este resultado acá, aunque venía con mucha confianza y ganando muchos partidos. Estoy feliz, contenta por cómo estoy llevando esto. Son todas experiencias nuevas para mí“. Radicada en Alicante, Podoroska es entrenada en la academia Tenis Positivo por Emiliano Redondi y Juan Pablo Guzmán; este último es quien la acompaña en la campaña parisina.
En busca de acostumbrarse y tomar con más calma los altibajos naturales que tiene este deporte, la rosarina ayer contó: “Empecé a trabajar con un entrenador mental, con el budismo zen y eso me dio un montón de lecciones. Así pude aislarme del contexto de que eran los octavos de final, en no buscar excusas por el viento o el clima. En vez de mirar lo negativo pude seguir positiva, estar en el presente, y aprovechar cada pequeña oportunidad, que hoy es algo que puedo hacer porque lo aprendí desde el lado. Puede parecer medio loco, pero son cosas que aprendí afuera y me sirven adentro de la cancha. Es la confianza en lo que estoy haciendo, el orden y la seguridad de tener claro lo que se está haciendo bien. Hace tiempo estaba trabajando en cómo desarrollarme como jugadora, y por ahí antes no lo tenía tan claro y ahora sí, estoy tranquila porque sé lo que tengo que hacer“.
Hay más, por supuesto. La llegada a los cuartos de final le reportó un ingreso de 283.500 euros, que representan unos U$S 335.000.-. Sólo esta quincena en París le alcanzó a Podoroska para ganar más de todo lo que había reunido previamente en su carrera: U$S 301.547. Un monto que Podoroska utilizará para invertir en su carrera. “Una de las cosas que más cambia al subir al nivel de los torneos de WTA es lo económico, sí. Es algo que había sufrido en los últimos años, y lograr esto es una tranquilidad y un alivio para mí, porque hasta no hace mucho no estaba segura de poder seguir. Estos resultados me permiten estar en otra posición. Los objetivos son siempre los mismos: seguir creciendo como jugadora. Al jugar en otro nivel voy a tener que mejorar muchas cosas: saque, revés, juego en la red… Pero desde lo económico esto me ayuda muchísimo“.
Los resultados y el crecimiento no implicarán un cambio en cuanto en la preparación. “Para mí es una tranquilidad poder seguir pagándole el sueldo a mi equipo y viajar por el circuito. Hasta hace poco no tenía ese respaldo. A Emi (Redondi) y Juampi (Guzmán) les debo poder estar acá, porque cuando no tenía recursos ellos me abrieron las puertas para entrenarme con ellos y viajar. En Alicante trabajamos en grupo y eso va a seguir así. A mí me parece bueno no tener un solo entrenador, para que no sea tan desgastante; además, es bueno tener más puntos de vista”, sostuvo Podoroska sobre quienes conducen su carrera desde la parte técnica.
En contexto, se calcula que un tenista debe invertir entre 60.000 y 100.000 dólares por año, cifra que incluye gastos de transporte y alojamientos; el hecho de viajar solo, con su coach y eventualmente un preparador físico o kinesiólogo no es un tema menor. En el caso de Podoroska, estar viviendo en Europa durante buena parte del año reduce los gastos por viajes, pero también vale destacar que la argentina durante mucho tiempo jugó torneos de las categorías más bajas del circuito ITF -el equivalente a los Challengers de varones-, de ingresos muy reducidos, en los que los premios recién superan los U$S 1000.- a partir de las semifinales. Antes de Roland Garros, la rosarina había logrado su ingreso más importante como vencedora del ITF 60K de Saint-Malo, en Francia: U$S 9100.-, sin incluir los descuentos impositivos. Las distancias con los Grand Slams son abismales: Podoroska, actual 131ª del mundo, recibió esa cifra por ganar un torneo de rango menor, y un perdedor de primera ronda en París se lleva 70.000 billetes de la moneda norteamericana.
Desde luego, la actuación de Nadia Podoroska es una gran noticia para el tenis femenino argentino. Hacía muchos años que no se podía seguir por televisión a una representante de nuestro país en torneos grandes, y estos triunfos actúan como un efecto contagio. La legendaria Gabriela Sabatini felicitó a través de las redes a la rosarina tras cada una de sus victorias, y varios de los exjugadores de la Legión ponderaron también a Podoroska. Claramente ayuda a reposicionar un sector apagado durante un largo rato, y lo alcanzado por la rosarina en París es una semilla que merece germinar, siempre que se actúe adecuadamente para difundir y aprovechar este momento único, más allá de hasta dónde se extienda la aventura de Podoroska en Roland Garros.
Mercedes Paz y la motivación para las chicas del futuro
Mercedes Paz, capitana del equipo argentino de la Billie Jean King Cup (ex Fed Cup), se mostró feliz con la tarea de Nadia Podoroska en París: “Lo que Nadia ha hecho es enorme. Ya era bueno desde que empezó el año, y lo pudo sostener a pesar de la pandemia. Creo que lo de Roland Garros es impresionante por tener ya siete partidos encima [incluidos los de la qualy] y por su consistencia mental. Esto es super importante para el tenis femenino porque abre muchas puertas, que ella entre en la elite mundial le da más visibilidad para que las chicas que se inician tengan una referente. También es bueno para las chicas que vienen, como Jazmín Ortenzi, Lourdes Carlé, Solana Sierra o Guillermina Naya; es una inyección de energía, porque las dificultades que pasó Nadia son las mismas que ellas tienen ahora, y si ellas ven que sí se puede, que puede llegar una argentina como ellas, es algo muy motivante, les permite ver su proyecto como algo más cercano“.
Fuente: José Luis Domínguez – @joseluisd / © Copyright La Nación