Juan Martín Del Potro arrancará su participación este domingo en la serie de los torneos Masters 1000 justamente ante un compañero de equipo de Copa Davis, el azuleño Federico Delbonis.
La magia de Del Potro no conoce fronteras, y en cada lugar que se presenta siempre hay un grupo de argentinos, o simplemente fanáticos, que corren por su autógrafo, alguna selfie, y entonan el tradicional cantito con la mayor cantida de letras “o” posible.
No pudiendo participar de Roland Garros, el tandilense encaró el segundo semestre de 2016 con rutilantes victorias, históricos triunfos ante todos los integrantes del Top 5 en diferentes superficies, conquistas invalorables como la medalla olímpica y la ensaladera de plata, y pese a perder en algunas ocasiones, el protocolo se rompió porque el derrotado capturaba todas las imágenes, como lo fue, por ejemplo, aquel partido ante Wawrinka en el US Open, y que terminó pasada la medianoche en territorio neoyorquino.
Su condición de crack lo llevó rápidamente a trepar en el ranking, fue bajando su númeral en las posiciones, y ahora bordea el límite de la preclasificación en los grandes torneos. Aún así, todavía no está para el asalto final. Una apretada caída ante Raonic en Delray Beach, o una inesperada derrota ante Djokovic en Acapulco (servía 4-3 en el set decisivo) son algunos síntomas que demarcan un territorio. El mismo límite que él reconoce: “Mis rivales juegan con ventaja. Saben que mi revés todavía no lo utilizo con mucha frecuencia. Me presionan con aperturas sobre el lado impar, y yo me defiendo con el slice”.
Cuando participó de los festejos del día mundial del tenis, la organización lo puso para el cierre de la jornada, fue la frutilla del postre en un día que el deporte vivió una fiesta, y pese a formar parte del marco de un encuentro amistoso, el aliento del público se hizo notar. Empezó a ser local en muchos lugares, sobre todo en suelo norteamericano.
Le temen a su derecha, mucho más cuando es invertida. Aún no tiene grandes porcentajes de primeros servicios, pero cuando pueda meter su primer saque, y se suelte a pegarle con el revés, los resultados van a aparecer.
Es el último integrante Top de una legión que lo complementa. Es la esperanza concreta de todo país que sueña con volver a lograr un Grand Slam. El tandilense participa de dos torneos de altísimo nivel, y sacando los laberínticos caminos que a veces establecen los cuadros, Del Potro buscará cerrar esta primera gira en 2017 de la mejor manera.-