Mucho mas tranquilos, descansados pero felices de haber presenciado un gran espectáculo, nos ocupamos de lo que sucedió en Córdoba entre David Nalbandian y Rafael Nadal, en el marco de su despedida del tenis profesional en el primer encuentro, jugado en el estadio Orfeo Superdomo de la capital cordobesa.
Un escenario acorde, impecable y apropiado para dicho evento, y que tras visitarlo por primera vez, no deje de preguntarme porque no se jugó la final de la Davis allí, en disputa que perdió con Mar del Plata en 2008.
Intensa fue la actividad el jueves, ya que llegamos a Córdoba desde nuestra Paraná cerca de las 8 AM, para rapidamente ir al lujoso Holiday Inn y presenciar la conferencia de prensa de rigor entre Nalbandian y Nadal.
Mucha prensa, ordenada, sin apresuramientos, cuidados los detalles mínimos que pasan inadvertidos, y un buen dialogo con ambos jugadores ante los medios, con humor, sin apuros y prestos a dialogar de lo que sea.
De hecho, David fue consultado por la Copa Davis y respondio sin reparos, mientras que Nadal en cada respuesta, no ahorraba tiempo en su devolución ante los periodistas.
Por la tarde, la clínica de tenis en el Mario Kempes, luego de la visita del español a Unquillo para almorzar y conocer la ciudad natal de David.
Por la noche, la hora señalada en el Orfeo, con una concurrencia mas que interesante (6500 sobre 8000 de capacidad aproximadamente) y que daba el marco justo para la despedida de unos de sus hijos pródigos del deporte mediterraneo. Y ante el n° 1 actual y en plena actividad, nada menos.
Pero Nadal, demostró serlo no solo dentro de la cancha. Dejó muestras de humildad, simpleza, caballerosidad y profesionalidad dignas de destacar. Un ejemplo, para todos, pero sobre todo para los chicos, de quien es referente permanente y en quien se ven reflejados muchos de ellos.
Un vigor y entrega únicos, fueron aspectos que le pudimos preguntar al español, que sin rodeos se explayó detalladamente acerca de sus motivaciones que lo empujan diariamente para estar donde está.
Y el partido, si bien fue una anecdota, no defraudó en lo mas mínimo. Se aplicaron al máximo, dejaron golpes y rallies intensos y entrega de ambos lados.
Se pudo ver la clase de Rafa, la misma que vemos en el año por TV, y el tenis intacto de Nalbandian que nunca envejece; al contario, cada vez madura mejor y es como los vinos que con el paso de los años sabe mejor.
El 6-4 y 7-6 es para la estadística, si bien regularon en el juego, regalaron grandes destellos de lo que ambos saben y suelen dejar en un court.
Nalbandian, felíz de su fiesta y ante su gente con un triunfo que prometio "vengar" Rafa, cuando anticipó que en Buenos Aires él iba a ganar. Las risas y el humor, acoplados al banquete.
Y cuando todo terminó, con el triunfo de Nalbandian, el abrazo y los aplausos hicieron estallar al Orfeo. Ambos protagonistas cumplieron con el objetivo, de entregar tenis de alto vuelo, en varios pasajes del encuentro, y entretener a la gente, que se llevo la mejor retribución y valió cada peso de lo que pago para presenciar un espectáculo de lujo.
El viernes cuando regresaba de mi cobertura, para Tribuna Deportiva en LT14 de Paraná y nuestra página, volvía lleno de tenis y agradecido del privilegio de poder ester en tamaña escena con uno de los mas grandes del tenis mundial, Nadal, y otro que dejo huella no solo en el circuito, sino que en nuestro país en una camada legendaria que el tiempo solo dirá si se volverá a repetir, con La Legión.
Este sábado, será el segundo duelo en La Rural de Palermo en Buenos Aires. Otra gran concurrencia seguramente, y un espectáculo asegurado con dos grandes estrellas del tenis mundial.
Mientras tanto, el tiempo de Nalbandian ya no transcurrirá en una cancha por "los porotos", y seguramente, exhibiciones, presentaciones diversas y acciones con su imagen, serán el nuevo court del unquillense, ahora seriamente denominado ex-jugador.
Un buen recuerdo y la mejor de las sensaciones me quedan de un jugador que ante la gente, es líder natural y se lo va a extrañar en una cancha. Pero que el tenis, lo tendrá ligado por siempre desde cualquier lugar en que esté.
Que de eso no queden dudas .-
Nuestro resúmen en el Orfeo