En el mediodía europeo el equipo capitaneado por Tito Vázquez intentará dar la sorpresa ante la durísima España, campeona de las ediciones 2008 y 2009 de la Copa Davis.
Una vez más, el conjunto argentino vuelve a intentar la hazaña en calidad de visitante, y en una superficie que favorece claramente al rival de turno, así como sucedió en 1981 (Estados Unidos) y Rusia (2006). Rafael Nadal se enfrentará a Juan Mónaco en el primer partido, y a continuación se medirán David Ferrer y Juan Martín Del Potro.
La estrategia del capitán argentino es muy clara, ganar los puntos que no juegue Nadal, entendiendo que las chances de derrotar al mejor jugador de polvo de ladrillo del mundo son prácticamente nulas. Es por ello que David Nalbandian le cedió su lugar a Juan Mónaco para abrir la serie.
“Pico” finalizó la temporada en muy buen nivel, y puede realizar un buen papel, siempre que logre concentración y pueda mover a un “Rafa” que llega desgastado tras su incursión en el Masters de Londres. De todos modos la lógica indica que el manacorí le dará el primer punto a España. Debido a eso las expectativas argentinas están centradas en una posible victoria de Del Potro ante Ferrer en el cierre de la jornada.
Será difícil pero no imposible. Si Argentina logra finalizar 1-1 el primer día, sus chances de ganar la ensaladera se mantendrán intactas.
Para el sábado la esperanza es que la dupla Nalbandian-Eduardo Schwank pueda derrotar a los durísimos Feliciano López y Fernando Verdasco, una pareja con gran experiencia en la Davis. Si David no tiene ningún problema físico, está en condiciones de apuntalar a su compañero y provocar una sorpresa gigantesca en Sevilla. El cordobés tiene a su favor el deseo irrefrenable de ganar un trofeo que se le viene esquivando año tras año.
De no ganar el punto del sábado, Del Potro está obligado a vencer a Nadal en el primer partido del domingo, pero en cualquiera de los dos casos, sería el mismo Nalbandian quien tendría la chance de ganar la Copa en el quinto y último juego. Al no enfrentar a Nadal, llegará más descansado, y como el dobles no tiene la misma exigencia que los singles, la estrategia de Vázquez invita a creer que se puede, aún cuando las mayores chances siguen estando del lado español.