Rafael Nadal cerró el año con una victoria que no constará en su palmarés, pero sí en el recuerdo, al vencer al suizo Roger Federer por 7-6 (7-3), 4-6 y 6-1, en la Caja Mágica de Madrid en el partido "Unidos para la Infancia", que sirvió de broche final a una temporada de ensueño para el español, resuelta con siete títulos y el número uno en el bolsillo.
El ambiente fue muy diferente al que se vivió en la noche del martes en el Hallenstadium de Zurich. En el "Partido por Africa", la elegancia, la sobriedad del entorno y también la frialdad del público hicieron del partido, que acabó con victoria del de Basilea por 4-6, 6-3 y 6-3 en una hora y 38 minutos, un acto muy protocolario.
Y entre ambos, es evidente su amistad y compromiso con causas tan nobles como la infancia, en esta oportunidad. Asi lo expresaron ambos en una entrebista previa a la exhibición.
En encuentros oficiales, Nadal supera a Federer por 14-8 en un total de 22 duelos personales de alto voltaje (18 fueron finales de certámenes de ATP), siendo los más importantes los siete jugados en definiciones de Grand Slam.
Después del último duelo, en el Arena O2 de Londres, donde Federer ganó en tres sets y así conquistó por quinta vez la Copa Masters, los dos amigos y archirrivales se vieron las caras para reeditar el gran clásico del tenis actual, en el Hallenstadion, de Zurich. Y en Madrid volvieron a disputar tres parciales y la victoria fue del dueño de casa.
En Madrid, los 11442 aficionados que se dieron cita en la Caja Mágica disfrutaron a placer y se contagiaron del tenis de los dos mejores jugadores del mundo. El tirón que tienen ambas raquetas había dado su fruto semanas antes, cuando las entradas, a 26 y 33 euros, se habían vendido en tan solo seis horas.
Evidentemente, y casi con toda seguridad, el resultado de ambas citas estaba pactado. Un triunfo para cada uno delante de sus respectivas aficiones que sirve para dejar contentos a todos, y que ha hecho posible que las fundaciones de Federer y Nadal puedan continuar con sus respectivas labores humanitarias.
Sobre la pista, que después del partido será dividida en 35000 pedazos de 13 por 17 centímetros, y vendida a 65 euros la unidad, y cuyos beneficios irán a la Fundación Rafa Nadal, se vivieron momentos inauditos en un partido de tenis, como la entrevista que el ex jugador Alberto Berasategui, y ahora colaborador en TVE, realizó con el juez de silla, el español Enric Molina, en pleno encuentro tras el descanso del noveno juego del primer set.
En los descansos hubo música de actualidad, e intervención de los muñecos Mickey, Minnie, Donald y Goofy en los pasillos, animando al público que terminó haciendo la ola. Todo, para decorar un encuentro que Nadal ganó, salvando un punto de set en el primer parcial, y que estuvo salpicado con preciosas dejadas de Federer, ataques fulgurantes del suizo, y la clásica garra del español.
La jornada fue extenuante para ambos, con viaje en el avión privado de Federer, ( Rafa había llegado a la primera exhibición en él invitado por Roger), salida del aeropuerto de Zúrich a las 09:45 y llegada a la base de Torrejón en Madrid a las 12:00, con retraso incluido debido al tráfico aéreo, ya que estuvieron una hora planeando por el cielo de la capital española en espera de tomar tierra. Después, traslado inmediato de los dos jugadores, con sus respectivos "mánagers", Carlos Costa y Tony Godsik a Torrespaña donde ofrecieron una conferencia de prensa y donde luego fueron entrevistados para el Telediario 1.
Un breve descanso en su hotel de tan sólo una hora, con rápido almuerzo incluido, sirvió para tomar fuerzas y asistir después, ya en la Caja Mágica a un cursillo con 80 niños madrileños durante 20 minutos. No hubo tiempo para degustar una pasta en un restaurante, como sucedió el día anterior en Suiza, ni para hacer compras. Su compromiso con los niños, y este caso el duelo "Unidos por la Infancia", les esperaba.
Un concierto de David Bisbal (en Zurich actuó el "eurovisivo" DJ Bobo) sirvió para calentar la pista Manolo Santana. En esta central, donde este año ganó Nadal el Masters 1000 y el año pasado Federer, se congregaron, además de la reina de España Sofía, los príncipes de Asturias con sus hijos, las infantas Cristina y Elena, el alcalde de Madrid, Alberto Ruíz Gallardón, el presidente de PP, Mariano Rajoy, y numerosos personajes del "famoseo" español.
Los actores Belén Rueda, Paz Vega, Carmen Machi, Bibiana Andersen, Elena Anaya, Ricardo Gómez y Marcos López, el director de cine Pedro Almodovar, la presentadora Mirian Díaz Aroca, el jugador del Athletic Club Fernando Llorente, el ex-tenista Carlos Moyá, no quisieron perderse la cita, así como la madre de Nadal, Ana María Parera, presidenta de la fundación que lleva su nombre, y los abuelos del jugador.
La duquesa de Alba, el seleccionador español de tenis Albert Costa, su mujer Cristina Ventura, Sebastián, padre de la raqueta de Manacor, Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa, y Francis Roig, segundo técnico del número uno del mundo, tampoco faltaron a la cita. En el banquillo de Federer se sentaron, su padre Robert, y su segundo entrenador y capitán suizo de Copa Davis, Severine Luthi.
Los actos culminan por la noche con la cena de gala en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles, donde Julio Iglesias canta durante media hora.
"El calendario no ha sido fácil, pero se ha hecho realidad nuestro sueño", dijo Nadal. "No es fácil ver a los dos jugadores del mundo en una pista así, y estos encuentros han servido para olvidar nuestra rivalidad, que no existe realmente. Es un claro ejemplo para la sociedad y nosotros hemos aportado nuestro granito de arena para que el mundo sea mejor".
"Quiero agradecerle a Federer que esta tarde haya estado con nosotros. Es un gran gesto que ha servido para recaudar fondos para los niños que lo necesitan y demuestra en su caso la clase de persona que es", añadió Nadal.
"Para mí ha sido una satisfacción enorme comprobar como la gente se ha volcado por nuestra causa. Gracias a Madrid, que siempre se vuelca con todo y que siempre estará en mi corazón", dijo el número uno del mundo.
"Estoy muy feliz por estar aquí y ayudar a Rafa con su fundación como él hizo lo mismo ayer con la mía en Zurich", comentó por su parte Federer.
"Hoy me he sentido tratado aquí con mucho respeto y cariño. Por eso quiero dar las gracias a la familia de Rafa que me ha hecho sentirme aquí como en casa, y al público, que ha hecho posible que no quedase ni una sola entrada por vender" concluyó el suizo.