Horacio Zeballos logró reponerse de ir abajo un set para terminar triunfando por 3-6, 7-5 y 6-3 en dos horas con 15 minutos de un juego muy entretenido en la cancha central del Umiña Tenis Club, que tuvo el marco de público perfecto para observar la conquista de su cuarto título en torneos Challengers.
Vincent Millot, que se quedó con las ganas de cantar victoria por primera vez en el Tour de la ATP, inició muy sólido el partido, como lo había sido a lo largo del torneo. Lucía impecable en el fondo de la cancha y a la vez efectivo con sus tiros profundos. Su velocidad de piernas y de juego, por la cual se ganó el reconocimiento de los aficionados y sus propios colegas en los cuatro partidos empleados para llegar a la final, fue un factor importante pero que al final no le bastó para ganar los 5.000 dólares y 75 puntos que entrega el torneo al ganador.
Recién en el séptimo juego de la primera manga, Millot pudo quebrar la paridad con su contrincante alcanzando un rompimiento para irse 4-3, y al que posteriormente se sumaría uno en el noveno game para conquistar la primera manga por 6-3.
Zeballos no encontraba la manera de vulnerarlo y se desesperaba, mientras el público que llegó para acompañarlo, se volteó para animar al jugador de Montpelier y eso quedó en evidencia en varios pasajes del partido.
“¿Qué es esto?… ¿qué hago?”, se cuestionaba Zeballos mientras miraba a su compañero en la final de dobles, el mexicano Santiago González, uno de los que pasó por la guillotina del francés en cuartos de final.“Ponte a correr y mueve los pies”, le recomendaba en voz baja y a un lado de la cancha el otrora cuarto favorito del Cuadro Principal de singles, y eso hizo el argentino; mejoró en su movilidad y comenzó a agarrar un mejor ritmo.
El premio al esfuerzo se vería retribuido con un quiebre cuando el partido se encontraba 5-5 y Millot sacaba. El “Galo” cometió varios errores no forzados y Zeballos consiguió la ventaja que necesitaba para, después, cerrar ese parcial con su saque por 7-5.
El tercero definitorio
El último set tuvo una tónica muy parecida a los dos primeros; un francés que se comía la cancha corriendo y Zeballos que lo movía de un lado a otro buscando huecos en la cancha.
De entrada, el de Mar del Plata quebró en el tercer juego pero luego su rival tendría algunas oportunidades para recuperar inmediatamente su servicio que al final no podría concretar y eso lo pagaría muy caro. Luchó cada pelota, incluso resbalando y cayendo al piso, pidiendo el aliento del público, retribuyéndolos con jugadas de alto nivel. En el octavo juego, Millot también tuvo una doble posibilidad de ruptura y estuvo a solo centímetros de conseguirlo con un tiro de revés.
Cuando el francés servía en el noveno 5-3 para acercarse un poco en el marcador, cometió una doble falta dejándolo a Zeballos con punto para el partido y luego, cuando parecía que podía reponerse con un fácil remate de aire, mandaría afuera la pelota y consigo entregando el título al primer favorito del certamen.
Un Horacio Zeballos evidentemente emocionado quiso “agradecer a todos ustedes por la hermosa semana que me hicieron pasar, jugar con tanto público es lo más maravilloso que me pudo haber pasado, haber tenido la hinchada en contra, otros a favor, por eso esta experiencia la quiero compartir con ustedes”.
En el dobles no pudo
Junto a Santiago González el marplatense perdió en la final de dobles. Fué ante la pareja brasilera de Ricardo Hocevar-André Miele por 6-1 2-6 y 10-7 .