Mientras muchos de sus colegas de generación miran este Roland Garros desde la distancia del retiro, él sigue en la cancha. Jugando. Feliz. Entre los varones, Juan Ignacio Chela fue el único que trepó hasta los octavos de final, al ganarle al checo Lukas Rosol por 6-2, 6-4, 3-6 y 7-6 (5); mañana se enfrentará con el colombiano Alejandro Falla, que doblegó al polaco Lukasz Kubot por 6-7 (4), 6-4, 7-5 y 6-4.
En la cancha 7, el ”Flaco” tuvo consistencia y paciencia para medirse con un rival lancero, que tiró desde cualquier lado y en todo momento: 76 winners y 74 errores no forzados, una enormidad al lado de los 20 ganadores y 10 equivocaciones del de Ciudad Evita. "Creo que él empezó nervioso y se equivocó mucho, enseguida me puse set arriba y 4-0, pero luego cambió mucho el partido en el tercer set, empezó a jugar mejor y se complicó un poco, por eso se hizo luchado y sufrido hasta el final. Sabía qué iba a pasar, que él juega prácticamente solo, que erraba mucho y que también hacía mucho, porque después sacaba muy fuerte, todo arriba de 200 km por hora", contó Chela. El de mañana será su cuarto duelo con el zurdo Falla, al que aventaja por 2-1 en la estadística entre ambos.
Y también cuenta que no esperaba llegar tan lejos en este abierto francés. "En los últimos Grand Slams no me estaba yendo muy bien y, cuando vi el cuadro, pensé que podía llegar a la segunda semana; ahora estoy en octavos de final y jugando bien y puedo seguir avanzando. Estoy pasando un momento increíble. Lo fundamental es estar sano, porque este es un circuito muy exigente en lo físico, y después de tantos años, se complica estar al ciento por ciento; después mantener viva la motivación. Mi carrera está hecha, es como un bonus todo lo que hago ahora, lo vivo más relajado que antes".
Y detalló: "Mirá, para llegar a ser tenista, empezás a los 5 años; luego, cuando sos profesional, son muchos años de conducta, de trabajo, de cuidarse en todo, y eso lo hice muy bien toda mi carrera. Ese es el secreto".-