Rafa Nadal nunca había perdido un partido de Roland Garros y llegó su ‘amigo’ Soderling y le echó del torneo en octavos de final. Primero le ganó un set, el español empató el partido y el sueco se llevó los dos siguientes como si se hubieran cambiado los papeles. Robin Soderling parecía un número uno y Rafa Nadal un tenista que estaba jugando su primer gran partido en un Gran Slam. De hecho, el sueco nunca había pasado de tercera ronda en un grande. Y a la primera se creció y dio la sorpresa al pasar por encima del mejor del mundo y tetracampeón de Roland Garros.
31 son las victorias consecutivas que llevaba Nadal en Roland Garros. Además, desde la final de 2007 que no perdía un set y nunca había caído en París.
Ya desde el primer set, Rafa no fue Rafa. El español sufrió ante un Soderling inspirado. Sus potentes saques (77% de primeros a más de 200 km/h), su juego dentro de la pista, su dominio en la red, sus derechas ganadoras y sus grandes restos fueron mucho para el manacorí. Pronto rompió el saque de Nadal (1-3) y el set se le puso cuesta abajo (2-6). Dos años después, Rafa perdía un set sobre la tierra parisina. Pero no sería el único del día…
Con el público francés de la Philippe Chatrier volcado con Soderling al gripo de ‘¡Robin, Robin!’, Nadal se llevó el segundo set en el tie break. Los primeros saques de Soderling ya no eran iguales y Rafa comenzaba a entonarse. Aunque el set no empezó bien (1-0 en blanco para Soderling y 0-30 con Nadal al saque), el número uno tiró de galones y se colocó 3-1 tras consolidar un break. Pero el sueco no lo iba a poner fácil y acabó forzando el desempate cuando Nadal sacaba para llevarse el set. Eso sí, en el tie break Nadal fue el de las grandes tardes con seis puntos consecutivos muy dolorosos para un Soderling al que le condenaron sus bolas al pasillo durante todo el set (7-2).
Volvía a empezar el partido (1-1).Y parecía que el sueco estaba ‘tocado’ viendo el primer juego en blanco del manacorí… pero pronto volvió su mejor versión. Volvieron las derechas ganadoras, los saques demoledores (incluso los segundos), los restos imposibles y las decisivas subidas a la red. Incluso el revés del sueco comenzó a ser clave en muchos puntos. A Rafa le salían los golpes ganadores con cuentagotas. Estaba desesperado. Los ‘sartenazos’ de Soderling le obligaban a devolver como podía, con un juego corto que el sueco aprovechaba para jugar bien metido en la pista y dominar un punto tras otro. Y así se llegó al 6-4 (por primera vez en su carrera, Nadal perdía dos sets en un partido de Roland Garros). Pero no sólo Nadal estaba perdiendo el partido; Soderling lo estaba ganando golpe a golpe. Se juntó todo.
Y entonces Nadal devolvió la ilusión a la afición española en París: ganó el primer juego del cuarto set y le rompió el primer servicio al sueco (2-0). Pero Soderling no daba nada por perdido y se repuso con un ‘contra break’ (2-1 y saque). De ahí al final, cada uno ganó con su servicio (no sin sufrimiento) y se llegó al ‘tie break’ definitivo: 0-1 con ‘mini break’ de Soderling, 0-2, 1-2, 1-3, 1-4, 1-5, 1-6 (cinco bolas de partido para el sueco), 2-6 y 2-7. Así, con esta contundencia, culminó Soderling su victoria sobre el número uno del mundo. Con el adiós a París de Nadal, que también se despide del ‘Grand Slam’, y el de Djokovic, a Federer se le pone de cara ganar su primer Roland Garros.