La rosarina culminó el año de gran forma en suelo austríaco. Cayó en cuartos ante Alesandrova y subió un puesto en el ranking.
Pensar que el 2020 para Nadia Podoroska pintaba como otro año mas de dura lucha en el circuito, con los obstáculos de siempre, mas la pandemia que a todos afectó, y mirar que cierre ha tenido esta semana, realmente, ha sido un bisagra en su carrera promisoria a sus 23 años.
La rosarina, entro con lo justo en Linz, como sexta favorita inclusive, y luego de sus triunfos ante Begu y Giorgi, no pudo ante la rusa [4] Alesandrova que la venció claramente, pero que no empaña en absoluto su presencia en suelo austríaco, en el ultimo acto de la WTA en este 2020.
Con buen tenis y una renovada motivación, Podoroska sostuvo lo bueno hecho en París y avisó que su momento no es obra de la casualidad, sino de un proceso de maduración que toco su cumbre en Roland Garros.
Será momento ahora de hacer el análisis respectivo, tomar el almanaque y tildar sabiamente que curso tomará su calendario en 2021, que tendrá un norte muy diferente al que habitualmente diseñaba hasta aquí.
Australia la tendrá como una de las figuras, ya sin presiones desde la qualy que dejará de transitar, y con adversarias a quien conocer mas asiduamente para medir fuerzas y ganar en calidad su técnica y miradas el nuevo horizonte con el que se codeara de ahora en mas.-