Roger y Rafa, la final en París

El suizo Roger Federer (nº 3) derrotó 7-6 (5), 6-3, 3-6 y 7-6 (5) al serbio Novak Djokovic (nº 2), imbatible en lo que iba de la temporada, este viernes en la cancha central de Roland Garros, y jugará su quinta final, cuarta ante Nadal, del segundo Grand Slam del año.

El suizo jugará la final dominical ante el defensor del título y actual nº 1 del mundo, el español Rafael Nadal, quien a primera hora derrotó por 6-4, 7-5 y 6-4 al britanico Andy Murray (nº 4) en un partido largo a pesar de jugarse a sólo tres sets y de no muy buen nivel de juego.

Djokovic no perdía desde el 27 de noviembre de 2010 cuando Federer lo derrotara en las semifinales del Masters de Londres, por lo que al actual nº 2 se le acabó una racha increíble. Federer impidió así que el serbio se acercara más a la serie de victorias consecutivas de Guillermo Vilas, dueño de 46 victorias al hilo en los años ’70


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Nadal, que este viernes cumplió 25 años, y tras el triunfo desde la tribuna le cantaron ‘Happy birthday’, comenzó con dificultades la defensa de su quinto título, no obstante, ha recuperado su mejor juego a lo largo de la prueba.

"Estoy muy contento de estar por sexta vez en la final del torneo más importante del año para mí", destacó el vencedor. Murray, por su parte, es un campeón sin corona que sólo jugó hasta ahora dos finales del Grand Slam, en Australia la temporada pasada, y la del US Open en 2008.

En 45 partidos que ha disputado en su aún joven carrera en Roland Garros, Nadal sólo perdió uno, en octavos de final de 2009 ante el sueco Robin Soderling (nº 5), y ahora puede igualar el récord de otro sueco, Bjorn Borg, de seis títulos sobre la tierra batida de París.

Nadal fué solido ante Murray

El británico entró con mucho ánimo a la cancha, parecía más cómodo y algo más concentrado que el pentacampeón, pero éste hizo el primer ‘break’ en el tercer juego, y con dificultades siguió a 3-1 con su servicio.

Sin embargo, en el quinto game volvió a lograr quebrar el saque a Murray para ponerse 4-1 arriba y seguir a 5-1 con el suyo. Pero, en el octavo juego fue Murray el que quebró para ponerse 5-3 y luego 5-4 con su servicio, eso sí, con la ayuda del árbitro que le dio por buena una bola que había salido afuera. Pero, Nadal no se desanima fácilmente y, aún con dificultades, cerró el set por 6-4 en 62 minutos.

El manacorí ha jugado catorce veces con el tenista de Dunblane, y domina claramente por 10-4. En las cuatro ocasiones en que ganó el escocés los duelos se jugaron sobre superficie dura, incluso, el balear se impuso dos veces sobre el césped de Wimbledon, en cuartos de final en 2008, año en que ganó la prueba por primera vez, y en las semifinales de 2010, cuando repitió el título.

Siempre con un molesto viento soplando en la cancha, comenzó una pareja segunda manga, con el balear algo errático, sin encontrar su mejor tenis, y su rival con algunos chispazos de clase. Eso sí, en el quinto juego se olvidó de éstos y perdió el saque gracias a sus propios errores. Luego haría el ‘break’ él y la manga continuó pareja hasta el undécimo game en el que ‘Rafa’ volvió a quebrar, para colocarse 6-5 y cerrar con 7-5 tras 73 intensos minutos de lucha, aunque sin gran nivel.

El tercer set comenzó con un ‘break’ a favor del español, pero su rival le devolvió el cumplido en el sexto game, aunque luego el vencedor lograría de nuevo la inflexión y se llevó la manga por 6-4 en 62 minutos.

Roger paró a Djokovic

Federer, corriendo como nunca, motivado especialmente para este duelo, después de perder tres veces este año con Djokovic, salvó dos puntos de set en el primer parcial (4-5) para forzar el desempate y ganar ahí con lo justo.

Con el público jadeando sus golpes, y ante un cierto desconcierto de Djokovic, el suizo se hizo con el segundo parcial, después de que el serbio levantase cinco puntos de set con su servicio (5-2), pero Federer confirmó luego con el suyo. Fue un encuentro fenomenal, con el helvético arriesgando, parándose lo más adelantado posible y sorprendiendo en los intercambios al serbio.

Djokovic no encontraba la sintonía para contrarestar al suizo, apelaba a todo su repertorio, pero se encontraba con un Federer muy concentrado e inspirado como en todo el torneo.

Con ventaja de dos sets a cero, Federer parecía lanzado, pero fue entonces cuando apareció la figura de Djokovic para colocarse 3-0 y apuntarse luego el parcial, dándole más emoción al duelo. Allí repuntó el serbio, se plantó mejor, más decidido, frenando de cierta manera las embestidas del suizo hasta ese momento. Y las dudas e,pezaron a invadir al ex-nº 1 durante un rato.

El serbio rompió el servicio de Federer en el noveno juego del cuarto parcial y se adelantó 5-4, tras una doble falta y un golpe con el marco de la raqueta del suizo. Y Djokovic se dispuso a servir para nivelar el cruce y extenderlo al quinto capítulo, ya para el sábado, porque habían pasado las 21 horas en Francia y había escasa luz natural.

Pero otra vez Federer, como un grande en serio, sacó a relucir su determinación y mentalidad ganadora en ese instante crucial, quebrándole el saque a Djokovic. Conectó un revés paralelo impecable, le rompió el servicio e igualó 5-5.

Mantuvieron ambos y fueron directo a otro desempate, que decidió el encuentro. Allí el servicio de Federer, su gran amigo en gran parte del encuentro, fue una pieza clave, letal. Logró dos directos, uno de ellos para cerrar el encuentro, el 18° del partido, y después levantó el dedo índice, en señal de victoria, una gran victoria.-

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