A veces resulta difícil explicar lo obvio. Pero lo vamos a intentar de todos modos.
Pensar que hace siete años (tenía tan solo 13) lo veía por televisión a Roddick perder la final del entonces Master Series de Toronto ante Guillermo Cañas. Hoy, Juan Martín Del Potro está en una final de Masters 1000, era una consecuencia ineludible que en algún momento iba a suceder. Y aunque la pierda, tendrá otra, y mas adelante será una final de Grand Slam, o un Master, vaya uno a saber. Pero va a llegar.
O mejor dicho, ya llegó. Es la realidad. Cuando lo vi por primera vez en semis ante Rusia en la Copa Davis el año anterior, advertí estar ante la presencia de alguien diferente. En aquella ocasión Davydenko lo sufrió y de que manera, como con alguien de años en el circuito. Y su segundo semestre en aquella oportunidad no resulto un rally casual para ubicarlo hasta dónde está ahora. Y si nos sinceramos verdaderamente, de no romperse ante Feliciano López en Mar del Plata, la ensaladera quedaba en casa.
Ya se instaló. Y Franco Davin tiene que ver, y mucho. Provocó el cambio de timón en Marzo del año pasado con una gran dosis de levadura rápida que dió sus frutos. El flaco creció.
Junto con Andy Murray, se conocen desde juniors, han tenido un crecimiento progresivo increible, con la diferencia de algún resultado mas resonante para el escocés, que a esta altura es un detalle.
Federer puede quedarse tranquilo que para cuando haga las valijas la sucesión esta asegurada. Murray, Del Potro, Simon mas obviamente Nadal y Djokovic, algo mas "veteranos" para ellos, seguirán la senda.
Del Potro tiene tan solo 20 años, al menos seis o siete de cuerda si su físico se lo permite. Y da la sensación que su lugar en el top-10, este ocasionalmente donde le toque, no lo tiene alquilado ni mucho menos.
Ya esta instalado .-