Pobre Andy. Encontró otro padre a esta altura de su vida. Si, parece que el afectuso respeto de Juan Martín por Andy, al que veía por television de chico, se esta transformando en paternal.
Hoy se veían las caras como en la final de Washington, allá lejano en el tiempo como la semana pasada tan solo. Y las coincidencias cierran por muchas cosas. También fueron tres sets con altibajos de ambos. También fueron una catarata de aces y en el caso del argentino la misma cantidad, 19.
Y también una instancia importante, semifinal en este caso pero de un Masters 1000 que además definía el regreso del tandilense al top-5, justamente desplazando al norteamericano.
Pero vayamos al partido en si. Roddick queriendo tener el protagonismo en el juego, tirando muchos slices y cruzados para desgastar al flaco larguirucho, tratando de hacer pesar su servicio, extrañamente sin tantos aces pero con buen porcentaje de primeros en el global. Del Potro estaba con su libreto, respondiendo y viendo que pasaba, y a partir del sexto game ya acumulaba seis aces de los doce puntos con su saque en juego imponiendo respeto.
Pero en el octavo game sonó la alarma y tuvo que levantar dos quiebres, Andy no le regaló ninguna chance de su parte hasta entonces, y finalmente en el décimo juego y con 0-40 sacando Juan Martín, levantó dos pero el tercero falló. 6-4 y un set para atrás tras 35 minutos de juego.
Una aplanadora el segundo
Hubiésemos pensado un comienzo mas seguro de Roddick sacando, encima arrancaba él con el servicio, pero el argentino empezó a ser una maquinita, le quebró en cero el primer game y repitió en el tercero llegando a 4-0.
El de Nebraska recién ahí volvió de su paseo vaya a saber uno adónde, y empezó a meter de vuelta. Tarde te sonó el despertador Andy. Con 5 aces mas en su haber contra tres de su rival y sin otorgar chances de quiebre emparejó con autoridad el partido y clavó el 6-2.
Define el partido
Los aces se intercalaron a medida que los servicios cambiaban de dueño. Roddick se mostró cómodo con el juego de su derecha, aunque el tandilense no se achicaba y buscaba el error de su rival constantemente. El hasta ahora número cinco del mundo puso en aprietos a Del Potro en el décimo game, cuando vencía 5-4, el argentino sacaba y tuvo un punto de quiebre que pudo definir el partido. Pero el tandilense se repuso y a partir de entonces tomó confianza y coraje, corrigió su servicio y fue a la red para igualar el tanteador en 5-5.
En el game inmediatamente posterior tomó la iniciativa. Controló cada punto desde el drive y con una doble falta de Roddick cuando el juego estaba 30-40 consiguió el tercer quiebre del partido para ponerse 6-5 en ventaja.
Ya con el saque en su poder sólo quedó cerrar el partido para intentar doblegar mañana al escocés Andy Murray, cosechar el segundo título de manera consecutiva y regresar al quinto puesto en el ranking mundial.