Una inversión a futuro

Ayer estaba viendo por ESPN un programa dedicado a Roger Federer en la actualidad, en dónde se puede apreciar la devolución del suizo nº1 ATP a la sociedad toda, de lo que el mundo le ha dado merced a su carrera deportiva. Un dato anecdótico y que desconocía era que su madre es sudafricana, y hacia alli partió Roger a dar una mano por intermedio de su Fundación, justamente en un sitio en el que necesidades hay y de sobra.

Pero eso no es lo que me trae a escribir estas líneas. Decía anteriormente que lo mencionado era un dato anecdótico, y otro igual sin duda que observaba en el programa, para mi lo fué el ver que en Basilea, su ciudad natal en Suiza, mostraban escuelas de tenis con canchas de cemento .

Y esto si es el motivo de mi editorial de hoy. Argentina a esta altura ya se puede decir que se ha constituido en un país de tradición tenística sobre todo a partír de la década del ’70 con la aparición de Guillermo Vilas en le élite del tenis mundial. Una personalidad que no pasó desapercibida en este deporte y que ya tiene su lugar en el hall de la fama.

Y obviamente es destacable cómo sus deportistas han logrado vencer su desarrollo en nuestro país afrontando un circuito con muchísima preponderancia de canchas rápidas que las lentas que poseemos en polvo de ladrillo. El césped esta en menor medida, es cierto, pero está. Y las superficies sintéticas de caucho o similares estan a la orden del día. Del Potro, Cañas, Nalbandián, Coria, son y han sido jugadores que "domaron" las superficies rápidas y han sido exitosos en ellas. Sin ir mas lejos, quién hubiera imaginado una final de Copa Davis de local fuera del BALTC o Parque Roca en superficie rápida?

En un mundo totalmente globalizado como el de hoy, sería desacabellado pensar en circuitos nacionales en dos superficies ? Convocar empresas para sponsorizar eventos con patrocinio de la Asociación Argentina de Tenis, suena ilógico ?

Hasta dónde yo sé, la mantención de una cancha de cemento cuesta muchísimo menos que una de polvo de ladrillo, requiere menor mantención y contribuiría a formar jugadores mas completos sin dudas. Y no estoy mencionando indor, lo cual es mas complejo eso sí por cierto, pero hacer dos circuitos de canchas no supone, creo yo, complicaciones por cierto.

En una charla que tuve el año pasado con Juan Szafrán, periodista indiscutido de tenis, me contaba que parte del logro de David Nalbandian para estar en dónde esta en el tenis mundial, es la construcción con su padre y tíos de una cancha de cemento en Unquillo dónde el practicaba. Y que le generaba una complicación que superó con condiciones, obviamente, que era que entrenaba gran parte de su tiempo en ella, y luego debía jugar en los satélites, interclubes y giras nacionales, en polvo de ladrillo debiéndose adaptar permanentemente.

Los clubes, flojos de presupuesto desde hace años por cierto, no pueden invertir en ello. Pero las empresas importantes ligadas al deporte y siempre hábidas de buscar negocios, podrían invertir para formar jugadores y aportar infraestructura.

Agudizar el ingenio, una calculadora en mano y menos ambición de empresarios, mas una dirigencia decidida a grandes cambios puede ser la receta.

Y los resultados, no tengo ninguna duda, no demorarían en llegar.-

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