La superioridad mostrada por las hermanas Williams en el cuadro femenino de Wimbledon durante la última década deja registros difíciles de igualar como que en ocho de las últimas diez ediciones, contando la de este año, al menos una de las dos ha estado presente en la final.
Lo que se debe estar preguntando Richard, el padre de ambas, es si el trofeo quedará en el mismo lugar que hasta ahora o lo cambiarán de lugar en caso que venza Serena. Evidentemente ganar Grand Slams es cuestión de familia parece.
El de este sábado, en la pista Central será su vigésimo segundo enfrentamiento cara a cara de su carrera, de los cuáles cinco se habrán producido en la hierba del All England Club y cuatro corresponden a finales. El saldo de sus duelos favorece por un estrecho margen a la menor de las hermanas, Serena, quien ha conseguido once victorias frente a las diez de Venus.
En sus partidos frente a frente en Wimbledon la igualdad es máxima al estar empatadas a dos victorias, las de Venus conseguidas en la final del año pasado y en las semifinales del año 2000 mientras que Serena se impuso en las finales de 2002 y 2003. Precisamente éstos son los dos títulos del torneo londinense con los que cuenta la menor de las Williams, número dos del mundo actualmente, y que buscará mañana vengar su derrota del año pasado, cuando fue derrotada en dos sets.
Cerca de Martina
Venus Williams sin embargo tiene una trayectoria aún más impresionante: cinco títulos en sus trece participaciones, con lo de que ganar mañana se pondría a tres de una Martina Navratilova que venció en nueve ocasiones y a la que se le puede ver estos días jugando en la categoría "sénior".
Este año se han enfrentado dos veces, en los torneos de Dubai y Miami, con una victoria para cada una, lo que no hace sino otorgar todavía más expectación a cuál de las dos recibirá la felicitación de su padre y entrenador, Richard, y cuál se deberá conformar con su consuelo.
La mayor de las hermanas Williams ha arrasado por el momento a todas sus rivales al no haber cedido ni un sólo set en los seis partidos que ha jugado hasta ahora, aunque especialmente contundente fue su victoria ante Dinara Safina, a la que aplastó con un humillante 6-1 y 6-0 decepcionando a propios y extraños con su actuación, impropia de una nº1.
La trayectoria de Serena ha sido similar, ya que tampoco había perdido ningún set hasta que llegó a semifinales, donde la también rusa Elena Dementieva, número cuatro del mundo, le puso en serias dificultades al ponerse por delante tras ganar el primer set en un partido en el que incluso dispuso de una bola de partido.
Venus, de 29 años recién cumplidos, y Serena, de 27 y que cumplirá uno más en septiembre, han hecho gala durante lo que va de Wimbledon de un poderoso servicio, convirtiéndolas en la primera y la segunda tenista respectivamente que más rápido sacaron en esta edición al alcanzar cerca de 200 kilómetros por hora.
Como llegan a la final
La mayor de las Williams parece llegar con un juego más consistente que su rival de mañana, aunque la mayor de las diferencias es la complexión física de cada una de ellas.
Venus es sensiblemente más alta (1,82 metros) que Serena (1,75) y pesa cuatro kilos más (72 frente a 68 según los datos facilitados por la organización del torneo), pese a lo que tiene una figura más estilizada. La propia Serena Williams reconoció ayer tras sellar su pase a la final que su hermana está jugando su mejor tenis y que acude sin presión al partido de mañana porque sabe que no es la favorita.
En el dobles también y juntas
Las dos hermanas jugaron en dobles y se clasificaron a la final también en esta categoría tras derrotar a las cabezas de serie número uno, la pareja formada por Cara Black y Liezel Huber, en poco más de una hora de juego, una muestra más de que nadie parece poder con ellas en la hierba londinense.-